Marcello Ferrada de Noli, profesor de epidemiología: “La estrategia sueca ha resultado en un fracaso concluyente”
El experto chileno-sueco, también doctor en psiquiatría, dice a La Tercera que “el virus no ha mutado, es tan agresivo como siempre lo fue”. Y destaca que será exterminado del mismo modo como lo fue el SARS: “Solo cuando se descubra la vacuna”.
“Por razones políticas he vivido la mayor parte de mi vida en el exilio, principalmente en Suecia e Italia”, se lee en su blog. Nacido en Copiapó, en 1943, Marcello Ferrada de Noli fue uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Tras el golpe de 1973, cuando era profesor titular de métodos psicosociales en la Universidad de Concepción, estuvo preso en la Isla Quiriquina antes de salir expulsado del país. Hoy con nacionalidad sueca, exhibe un destacado currículum académico. Profesor emérito en epidemiología en Suecia y doctorado en siquiatría por el Instituto Karolinska, también posee un posdoctorado en medicina social en Harvard.
Actualmente en Bérgamo, el epicentro de la tragedia del coronavirus en Italia, Ferrada de Noli asistía al momento de esta entrevista con La Tercera a una evaluación epidemiológica del contagio en San Giovanni Bianco, una de las comunas más afectadas en Bérgamo, provincia perteneciente a Lombardía, la región italiana más golpeada por el Covid-19.
Anders Tegnell, epidemiólogo estatal de Suecia, reiteró que la estrategia del país, basada en la “inmunidad de rebaño”, “ha funcionado bien”. ¿Comparte esa evaluación?
La estrategia sueca sobre el Covid-19 ha resultado en un fracaso concluyente. En parte una derrota en el foro epidemiológico internacional, sobre qué estrategia sería o no la empíricamente correcta en términos de salvaguardar ambas salud pública y económica. En parte una derrota ética por lo inhumano que representa un equívoco previsible, causante de miles de muertes innecesarias. Suecia ha sobrepasado a EE.UU. en muertes per cápita ocasionadas por el Covid-19, y ocupa el quinto lugar mundial en muertes per cápita entre 213 países y territorios golpeados por la pandemia. Según el Centro Europeo para el Control de Enfermedades, aún no habría alcanzado el peak de la pandemia. Considerando solo los países nórdicos que circundan Suecia, la “inmunidad de rebaño” de Tegnell ha causado hasta cinco veces más fatalidades en Suecia que en todos sus países vecinos en conjunto. La estrategia de Dinamarca, Finlandia y Noruega fue justamente la de aplicar cierres y bloqueos que desde el comienzo fue ridiculizada por Tegnell. La canciller sueca, Ann Linde, ha tratado de negar que se trate de una estrategia de “inmunidad de rebaño”, asegurando que su gobierno actúa de acuerdo a las recomendaciones de sus “expertos”. Pero el propio Tegnell declara: “La inmunidad de rebaño es lo único que eventualmente atenuará la expansión del virus”.
¿Suecia priorizó el cálculo económico frente a la pandemia?
Los hechos indican que el gobierno sueco optó por la estrategia de Tegnell por el riesgo de pérdidas económicas que pensaron habría representado la línea restrictiva seguida por otros países. Pero ya en mayo de este año la economía sueca estaba sufriendo en los mismos términos en comparación a países nórdicos que, aun aplicando medidas de salud pública mucho más severas, no estaban pagando el alto costo en vidas humanas como en Suecia. Además, tenemos las pérdidas en prestigio y credibilidad internacional, y que afectan la “marca registrada” por Suecia de ser una “potencia humanitaria”. Esto en parte por los déficits en el tratamiento hospitalario dado, o mejor dicho no dado, a la población anciana.
El virólogo italiano Massimo Clementi dijo que “la carga vírica del SARS-CoV-2 hoy es hasta 100 veces menor que en marzo”. ¿Puede ser menos agresivo en una segunda ola?
En mi opinión, no tendría que ver con que el virus se haya “debilitado”, sino que la capacidad inmunológica de aquellos nuevos huéspedes del virus sería superior a individuos contagiados anteriormente. El virus no ha mutado, es tan agresivo como siempre lo fue, y será exterminado del mismo modo como lo fue su primo hermano, el SARS. Esto es, solo cuando se descubra la vacuna. Ahora bien, si el SARS-CoV-2 apareciese menos agresivo en la segunda oleada de contagios, eso no estará determinado por su potencialidad virológica per se, sino modificado por factores como la relativa inmunidad colectiva y medidas de salud pública adecuadas.
¿Qué opina del manejo de la crisis por parte de Donald Trump y Jair Bolsonaro, que han renegado del uso de cuarentenas y de mascarillas?
Al contrario de lo que diga Trump, Bolsonaro o Tegnell, ya existía publicada evidencia científica relativa a pandemias tipo Covid-19. Lo que habría de investigarse es porqué, en vista de estas evidencias, estas autoridades han optado por deliberadamente hacer omiso de esas recomendaciones. A mi juicio, la explicación más cercana estaría en la ideología de estos gobernantes y expertos. Para ellos aparece el salvaguardo de la economía, incluida sus propias inversiones, la cuestión a priorizar.
Expertos advierten de los enfermedades mentales que conllevarían las cuarentenas y la ansiedad ante el eventual contagio. ¿Cómo lo ve?
Tres grupos estarían en riesgo de ver sus problemas exacerbados durante la pandemia: los que sufren de ansiedad, ídem depresión, y los que tienen desordenes obsesivos-compulsivos. Pero no pienso que es la situación de pandemia la que directamente causa el problema mental, sino la falta de claridad que tenemos para entender estos procesos. Agregada la falta de práctica ante situaciones de catástrofe.
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