Tal como exigían los gritos de los manifestantes desde hace tres semanas en Bolivia y después de la publicación del informe de la auditoría que realizó la Organización de Estados Americanos (OEA) donde se revelaron irregularidades en el proceso electoral del pasado 20 de octubre que dieron una cuarta victoria consecutiva del Presidente Evo Morales, lo que lo mantendría en el Palacio Quemado hasta 2025, el Ejecutivo boliviano convocó hoy a nuevas elecciones y la renovación del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El estallido social se agudizó en las últimas horas cuando el paro cívico convocado en las principales ciudades bolivianas contó con el respaldo de motines policiales. Los choques entre grupos opositores y oficialistas han dejado tres fallecidos y más de 250 heridos. Durante la jornada de ayer, manifestantes incendiaron la casa de dos políticos del MAS en Oruro y el inmueble de la hermana de Evo Morales.
El mandatario Morales acusó días atrás un golpe de Estado en su contra, pero ante la presión anunció que buscará preservar la paz a través de una reestructuración del TSE y nuevos comicios, sin ahondar si será candidato. "He decidido, primero, renovar la totalidad de los vocales del Tribunal Supremo Electoral. En las siguientes horas la Asamblea Legislativa Plurinacional, en acuerdo con todas las fuerzas políticas, establecerá los procedimientos para ello. (Después) convocar a elecciones nacionales, que mediante el voto permitan al pueblo boliviano elegir democráticamente a sus nuevas autoridades, incorporando a nuevos actores políticos", señaló Morales en una conferencia de prensa acompañado de líderes de movimientos sociales.
Sin embargo, la oposición, entre ellos el expresidente y candidato Carlos Mesa apuntó a que en el nuevo proceso electoral -que todavía no tiene fecha definida- no debe participar Evo Morales ni el Vicepresidente Álvaro García Linera como binomio del Movimiento Al Socialismo (MAS). Además, el exvocero de la demanda marítima defendió que si al exlíder cocalero "le queda un ápice de patriotismo, debería dar un paso al costado".
Ante el complejo escenario político, el politólogo boliviano Marcelo Arequipa en conversación con La Tercera duda que "el llamado a las elecciones sea lo que vaya a pacificar" a Bolivia, pero lo importante es realizar unas "elecciones de manera express en diciembre" para que el 22 de enero de 2020, fecha en que finaliza el mandato presidencial actual, exista un mandatario electo.
¿Cuál cree que es el impacto político de convocar nuevos comicios para el Presidente Evo Morales?
El impacto es fuerte en términos simbólicos porque desmonta del todo el discurso oficialista de que no había fraude electoral y en segundo lugar se entiende que con esos resultados es insostenible la elección y el papel en que trabaja el Tribunal Supremo Electoral (TSE), eso está clarísimo. Evo Morales queda en un escenario de absoluta desventaja política porque ahora mismo solo está reaccionando ya que perdió toda capacidad de generar iniciativa política para gobernar o para administrar cualquier conflicto.
¿Convocar elecciones era la única salida para pacificar el país?
No es la única vía por ahora, pero es una de ellas. El problema es que los acontecimientos están sucediendo con una velocidad muy rápida y dudo que el llamado a las elecciones sea lo que vaya a pacificar, sino más bien el pedido de renuncia al Presidente Evo Morales es lo que probablemente va a terminar por sofocar todo eso.
¿Cuál será la postura de la oposición?
Hay que esperar como termina por decantar toda la situación y quienes terminan siendo candidatos. Espero que para diciembre de este año, es decir, el 15 de diciembre hagamos las elecciones de manera express, muy rápido, y que eso sirva para que el 22 de enero tengamos un nuevo presidente. Todavía no sabemos cómo medir cómo se verá afectado el Presidente Morales en las nuevas elecciones, pero creo que es Evo Morales no queriendo renunciar antes del 22 de enero. (En tanto), Carlos Mesa dijo que no quiere que Morales sea candidato, pero no pide su renuncia.