María Corina Machado dice que sanciones de Estados Unidos dañarán a las fuerzas del régimen de Maduro
En una entrevista con el medio Financial Times, la líder opositora dijo que el retiro de la licencia a Chevron cortará el flujo de dinero clave para las fuerzas de seguridad de Nicolás Maduro. Esto, luego de que Donald Trump diera un serio golpe al chavismo tras revocar una licencia que permitía a Venezuela exportar parte de su petróleo a EE.UU.
Escondida desde un sitio clandestino, la líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, aseguró que la decisión de Estados Unidos de obligar a la empresa Chevron a concluir sus operaciones petroleras en Venezuela significará un duro golpe para Nicolás Maduro.
Fue durante una entrevista con el periódico británico Financial Times (FT) que la principal figura de Vente Venezuela señaló que las sanciones impulsadas por el presidente de EE.UU., Donald Trump, harán más difícil la represión chavista contra sus opositores, lo que la incluye a ella misma.
“El régimen utilizó el dinero que pertenecía al pueblo venezolano para financiar la represión contra el pueblo venezolano”, dijo al medio especializado en economía.
Machado hacía referencia a la decisión de Trump de revocar la licencia que permitía a Chevron operar con petróleo venezolano para su envío a EE.UU., a pesar de las sanciones activas, consignó la prensa estadounidense. Gracias a ello, la empresa tendrá que abandonar los trabajos antes de la medianoche del 3 de abril. Y Maduro sintió el golpe.

“Tratando de hacerle un daño a la economía venezolana, se están haciendo un daño ellos, porque nosotros vamos a seguir produciendo, recuperándose, creciendo, y nada ni nadie nos va a detener”, dijo el mandatario durante el miércoles, en lo que se podría considerar una admisión del golpe recibido. Dichas operaciones representan aproximadamente una cuarta parte de la producción de crudo del país sudamericano, consignó FT.
Ecoanalítica, una consultora con sede en Caracas, le puso números a la situación. Según sus cálculos, Chevron le generó hasta 4.500 millones de dólares en ingresos al gobierno de Maduro durante 2024, y si lo llevamos a proyección de crecimiento, la expectativa para 2025 podría caer desde el 3,2% hasta el 2 por ciento.
En la videollamada con dicho medio, María Corina Machado planteó que el dinero que las arcas venezolanas recibieron tras el levantamiento de las sanciones por parte de la administración del expresidente Joe Biden, en noviembre de 2022, “no se destinaron a hospitales y escuelas”, sino que “se gastaron en represión”.
Esa licencia se otorgó como incentivo para que Maduro permitiera unas elecciones libres en julio de 2023, pero, al contrario, prohibió la participación de Machado.
“¿A dónde fue a parar ese dinero?”, preguntó de forma retórica la excandidata opositora venezolana cuyo nombre fue bloqueado de las últimas elecciones. “A las fuerzas represivas de élite que ahora tienen nuevos vehículos, nuevas armas y nueva tecnología”, se respondió a sí misma.
Siempre según Machado, el dinero habría sido destinado para que Maduro financiara las lujosas vidas privadas de sus aliados en la política y el Ejército. “Es obsceno ver la vida ostentosa de personas vinculadas al régimen, y quiero que se haga pública la información que los departamentos de justicia de Estados Unidos, Europa y el Reino Unido tienen sobre ellos”, añadió al respecto. “El mundo necesita saber a dónde fue ese dinero”.

Bajo el mandato de los halcones Marco Rubio, como secretario de Estado, y de Mauricio Claver-Carone, como enviado especial para América Latina, la relación entre EE.UU. y Venezuela ha sido dura, pero sin un corte total.
Esa ambivalencia se ejemplificó cuando Rubio describió a Maduro como “un dictador horrible que está infundiendo todo tipo de inestabilidad”, el mes pasado. Pero, al mismo tiempo, el enviado especial de Trump a Caracas, Richard Grenell, logró a liberación de “rehenes estadounidenses” en enero.
En esa línea, Chris Sabatini, investigador de América Latina en Chatham House, dijo a FT que cree que “Trump está tratando de equilibrar dos objetivos políticos opuestos, que tienen sentido”.
“Por un lado, la voluntad de adoptar una postura dura contra el gobierno de Maduro y volver a aplicar sanciones, y por el otro, una estrategia de negociación”, añadió. “Sin embargo, esa estrategia está prisionera del capricho del hombre de la Casa Blanca”, cerró.
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