Marie Collins tenía 13 años cuando un sacerdote abusó de ella. Estaba internada en un hospital de Irlanda, mejorándose de una infección y, por primera vez, lejos de su familia. Una noche, el capellán entró a su habitación para hacerle compañía y leerle cuentos. Las visitas se repitieron día tras día, hasta que él comenzó a insinuarse sexualmente. Entonces fotografió sus partes íntimas y abusó de ella en reiteradas ocasiones.

Hace 30 años decidió contar su historia por primera vez y denunciar al sacerdote que abusó de ella. Luego de años de lucha, el abusador de Collins fue encarcelado y ella se convirtió en una de las mayores voces contra el abuso sexual infantil y la protección a niños en Irlanda.

Durante la visita del Papa Francisco a Irlanda, Collins ha vuelto a sacar la voz y además fue una de las ocho víctimas que se reunió el sábado con el Pontífice. En el "Garden of Remembrance", a la espera del inicio del acto "Stand for Truth" organizado para solidarizar con las víctimas de abusos, Collins conversó con La Tercera.

¿Cómo recibió el discurso que dio el Papa Francisco el sábado, en el que habló de "crímenes repugnantes" al interior de la Iglesia?

Lo que dijo el Papa está muy bien, tiene un discurso fuerte. Él habla sobre los crímenes que esos hombres han cometido. En el pasado, los Papas y la Iglesia hablaban de pecados, como si no fueran crímenes. También habló sobre los encubrimientos como una realidad, como un hecho. Creo que hay llamar las cosas por cómo son, admitir que la Iglesia está en una enorme crisis y que todo esto es diabólico, es horrendo.

¿Qué es lo que usted y otras víctimas esperan de la Iglesia?

Creo que cualquiera que proteja a alguien que abusa debe ser sacado de su puesto. Deberían perder sus títulos, deberían perder sus privilegios. Se les debería obligar a abandonar la iglesia por completo. Me gustaría ver, a cualquiera que haya abusado de un niño, afuera de la iglesia de inmediato. Tolerancia cero. Y lo mismo con cualquiera que los proteja.

¿Qué opina de las sanciones impuestas al sacerdote Fernando Karadima en Chile?

Obviamente no estoy de acuerdo con una sentencia de oraciones y penitencia. Deberían ser removidos completamente de la iglesia y enfrentar cargos criminales, como mi propio abusador, que cayó en la cárcel. Así es como debe ser. El sábado (durante la reunión con las víctimas), el Papa mencionó a Chile y contó sobre la renuncia que él aceptó, pero también dijo que esto no ha acabado, que hay más. El problema, que también ocurre aquí, es que la cantidad de personas que confiesa que fue abusada es muy pequeña y a veces el tiempo pasa y es muy difícil obtener una acusación. En Irlanda no tenemos un estatus de limitación, por lo que si alguien ha abusado no importa cuánto tiempo pase, aún así los victimarios pueden ser juzgados. Es algo que creo que debería ser así en todas partes del mundo. No debe haber una limitación de tiempo, ya que se necesitan muchos años para poder hablar.

¿De qué trató la reunión que tuvo junto al Papa y otras víctimas?

Fuimos ocho personas, ocho sobrevivientes y somos todos diferentes en cuanto al abuso que cometieron contra nosotros. Se suponía que sería una reunión corta, pero el Papa dio espacio para que todos habláramos. Fue bastante informal y todos tuvimos la oportunidad de decir exactamente lo que queríamos decir. Creo que el Papa solo nos invitó para escucharnos. Él estaba bastante dispuesto a escuchar.

¿Cómo reaccionó el Papa Francisco al escuchar sus casos?

Creo que él quedó sorprendido con ciertas cosas que al parecer no sabía. Él sabía de varias cosas que pasaron aquí en Irlanda, pero ha habido tantos abusos cometidos por monjas, en orfanatos, abusos por parte de órdenes religiosas, y otras cosas de las que él no tenía conocimiento y por eso quedó bastante conmocionado. Él nos preguntaba porque quería saber más. Nunca negó nada ni trató de defender a la Iglesia o a nadie. Él nos escuchó y si no entendía algo, nos volvía a pedir más información. Desde ese punto de vista fue un buen encuentro.

¿Por qué usted renunció a la Comisión para la Protección de Menores del Vaticano?

Renuncié porque no le vi sentido a permaneceré en una comisión a la que debíamos aconsejar, pero que no tomaba nuestros consejos. Recomendamos un tribunal de rendición de cuentas para todas las iglesias y obispos, lo cual fue aprobado por el Papa hace tres años, pero uno de los departamentos del Vaticano se negó a implementarlo.

¿Después de lo que le ocurrió usted sigue teniendo fe?

Todavía tengo fe en Dios, pero no en la Iglesia.