Esta es la tercera que vez que Marina Silva disputa la presidencia brasileña. En las elecciones de 2010 la líder ecologista obtuvo algo más del 19% delos votos y cuatro años más tarde elevó ese porcentaje hasta cerca del 22%. En las dos citas electorales quedó en tercera posición y no pudo acceder a la segunda vuelta, que en ambos casos terminó ganado Dilma Rousseff. Candidata ahora por el partido Red Sustentabilidad (Rede), la exministra de Medio Ambiente de Lula marcha quinta en la carrera presidencial, con un 4% de intención de voto, según Datafolha. De cara a estos comicios, Silva señala en esta entrevista con La Tercera que los dos "candidatos de la polarización", por el ultraderechista Jair Bolsonaro y el petista Fernando Haddad, "traen riesgos a la democracia en Brasil"
En su opinión, ¿cuáles son los principales problemas que Brasil enfrenta hoy?
Brasil está en una profunda crisis económica, fiscal, política y ética. No hemos sabido aprovechar el buen contexto internacional de la primera década del siglo para sedimentar las bases del crecimiento sostenible con competitividad. Después del segundo gobierno Lula, quedó claro que el sistema político optó por cambiar un proyecto de país por un proyecto de poder, lo que llevó a la corrupción endémica y sistémica revelada por la Operación Lava Jato. Con los errores primarios de conducción de la economía en el gobierno de Dilma Rousseff, el país entró en la peor recesión de su historia. En 2014 esto se agravó debido al uso de dinero de corrupción para influenciar las elecciones y de un gobierno que no tenía cómo sostenerse y que acabó cayendo. Se añadió, pues, un elemento de crisis política a un cuadro que ya era dramático. El saldo de eso fueron 13 millones de desempleados en un país que ya fue de pleno empleo y la pérdida de conquistas económicas y sociales de los últimos 25 años. Son estos los principales problemas que Brasil enfrenta hoy. Ahora, con una sociedad dividida, frustrada y ante un movimiento conservador muy fuerte, lo que corre riesgo es la propia democracia.
¿Por qué quiere ser Presidenta de Brasil? ¿Cuáles son sus propuestas?
Quiero ser Presidenta de Brasil porque soy la persona más capaz de unir el país y cerrar la polarización política que amenaza nuestra democracia. Como me quedaré sólo cuatro años, tengo condiciones de hacer los cambios de ruta necesarios en la política, la economía y la inclusión social. Quiero ser Presidenta de Brasil para crear un nuevo ciclo de prosperidad, insertando al país en la economía del siglo XXI. Quiero ser Presidenta para iniciar acciones a largo plazo sin las cuales Brasil jamás podrá escapar de la trampa de la renta media: desarrollar nuestras potencialidades en los sectores de servicios, producción sustentable de commodities minerales y agrícolas y productos industriales. Para eso, es crucial avanzar en la protección de la primera infancia, con la apertura de 2,5 millones de plazas en guarderías y la universalización de la educación infantil; avanzar en la universalización del saneamiento básico; reformar la previsión social y el sistema tributario; e integrar la economía brasileña a las cadenas globales de valor, con estímulo a la innovación tecnológica.
¿Por qué cree que puede ganar?
En primer lugar, porque yo y Eduardo Jorge tenemos las mejores propuestas para crear un nuevo ciclo de prosperidad para el país. Casi la mitad de la población no apoya a ninguno de los candidatos de la polarización. La elección de 2018 es la más incierta de nuestra historia y aún tenemos un gran contingente de mujeres y jóvenes indecisos. Estas personas definirán su voto a última hora. Son más reflexivas. Y mi voto es un voto más racional. Cuando disputé el Senado en 1994, todas las encuestas me dejaban en cuarto lugar hasta el día de la elección. Y fui elegida en primer lugar, como la senadora más votada de toda la historia de Acre.
Usted reiteró que personalmente está en contra del aborto, pero que defiende un plebiscito para discutir el tema a nivel nacional. Las encuestas muestran que, a causa de este debate, usted ha perdido el apoyo de los evangélicos. ¿Le preocupa esta situación?
Mi posición sobre el aborto es bien conocida desde 2010 y no me ha impedido tener apoyo masivo de los evangélicos en dos elecciones. Estoy contra el aborto. En Brasil, ya existe aborto legal en caso de anencefalia, violación o riesgo de vida para la madre. Cualquier ampliación más allá de lo que la ley ya permite, dada la complejidad del tema -por involucrar cuestiones de naturaleza ética, filosófica, religiosa y moral- no puede ser decidida por sólo 513 diputados y 81 senadores, hasta porque, en varias democracias avanzadas, las cuestiones con ese grado de complejidad son decididas por el conjunto de la sociedad mediante la convocatoria de plebiscitos. El Presidente de la República no convoca plebiscitos; quien lo hace es el Congreso.
A su juicio, ¿qué diferencia a Fernando Haddad de Ciro Gomes, del PDT?
Ciro y Haddad son desarrollistas y tienen una visión económica pauteada por una mayor intervención del Estado, una lógica más cercana al siglo 20. Yo soy una sustentabilista progresista. Mi visión es la de Estado movilizador. Ni máximo, ni mínimo, sino el Estado necesario, capaz de movilizar las mejores contribuciones de la sociedad en sus diferentes segmentos: academia, empresariado, gobierno, sector terciario. Todo eso con la economía integrada a las cadenas globales de valor y fuertemente apoyada en los principios de la sustentabilidad -justicia social, prosperidad económica y protección del medio ambiente. Es una visión más alineada con las necesidades de la sociedad en el siglo XXI.
¿A qué peligros se enfrenta Brasil si Jair Bolsonaro es elegido Presidente?
Ambos candidatos de la polarización traen riesgos a la democracia en Brasil. Bolsonaro es un nostálgico de la dictadura militar que ya defendió ejecuciones masivas y rindió homenaje a la memoria de uno de los peores criminales de la dictadura. Ha cuestionado repetidamente la legitimidad de las elecciones, desprecia a las minorías y las mujeres y últimamente su vicepresidente defiende que se haga una nueva Constitución por un grupo de notables y sin el Congreso, así como Nicolás Maduro hizo en Venezuela. ¿Cuáles son las ideas de Bolsonaro para el país? Nadie sabe cuáles son, además de la aberración de armar a los ciudadanos como forma de enfrentar el grave problema de la falta de seguridad pública. Pero no es sólo él. El candidato una vez más fabricado por el expresidente Lula también tiene propuestas que amenazan la democracia, como convocar a una Constituyente exclusiva, controlar la prensa y reformar el poder judicial. El PT quiere volver al poder para vengarse de la Lava Jato y del supuesto "golpe" del impeachment, pero ya vimos a Haddad aliándose al senador Renan Calheiros, que votó por el impeachment. Entonces tenemos amenazas a la democracia tanto de la extrema derecha como de la izquierda populista fuertemente involucrada con la corrupción.
¿Cree que Lula debería haber sido candidato?
La Ley de la Ficha Limpia es clarísima: condenados en segunda instancia no pueden ser candidatos. Lula fue condenado en segunda instancia, tras pasar por un proceso en el que su derecho a la legítima defensa fue concedido y ejercido. Por lo tanto, no podría ser candidato.
Si usted no pasa a la segunda vuelta, ¿por quién va a llamar a votar a sus adherentes?
Si Dios y el pueblo brasileño quieren, yo estaré en la segunda vuelta.