Más de 1,5 millones de personas fallecieron en Europa debido al coronavirus desde el inicio de la pandemia, que resurge en la región y obliga a las autoridades a reinstaurar las restricciones, muchas veces en medio del descontento social.
Esta sombría evolución de la pandemia coincide con el anuncio de científicos sudafricanos de la detección de una nueva variante del virus, con un número “extremadamente elevado” de mutaciones y “un potencial muy alto de propagación”.
Tras el anuncio, Reino Unido señaló que prohibía la entrada de pasajeros procedentes de seis países africanos (Sudáfrica, Namibia, Lesoto, Suazilandia, Zimbabue y Botsuana) a partir del viernes, cuando la OMS se reunirá para estudiar esta variante.
Según un recuento de la AFP, Europa superó el millón y medio de fallecidos este jueves por la mañana. Esta semana, la región -que según el esquema de la OMS incluye 52 países entre ellos varios de Asia Central- registra una media de 4.210 muertes por coronavirus diarias.
Estas cifras se basan en los informes oficiales de los gobiernos, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los números reales están muy por encima.
El país más afectado es Rusia, que registra actualmente cerca del 30% de los decesos diarios y un acumulado de casi 270.000 fallecimientos.
Pero según la agencia nacional de estadísticas Rosstat, que tiene unos criterios más amplios para contabilizar a las víctimas, los muertos rozaban los 450.000 a finales de septiembre.
“Cada día cuenta”
En Alemania, otro de los países más enlutados y donde la pandemia ha resurgido con fuerza, debido en gran parte a la lentitud de la vacunación, se superó la barrera de los 100.000 fallecidos y se registró un récord de infecciones diarias el miércoles, al superar las 75.000.
“Es un día triste”, dijo la canciller saliente Angela Merkel este jueves. “Cada día cuenta”, agregó al tiempo que pedía más firmeza para luchar contra la pandemia.
Además de las muertes, los contagios también suben en Europa y se situaron en una media de 369.915 nuevos casos la semana pasada, un aumento del 14% con respecto a la semana anterior.
Varios países ya han endurecido sus restricciones, lo que provocó protestas en Austria, Bélgica o Países Bajos, a veces violentas.
En Francia este jueves el gobierno anunció nuevas medidas para frenar los contagios: abrió la tercera dosis de vacunas a todos los adultos y reinstaló la obligatoriedad de mascarillas en todo sitio cerrado.
Pero de momento descartó aplicar confinamientos o toques de queda como hacen por ejemplo Austria o Eslovaquia.
Países Bajos o Letonia también anunciaron “confinamientos”, aunque menos severos. Italia añadió nuevas restricciones y República Checa decretó un estado de urgencia de 30 días y cerró los mercados navideños y los locales nocturnos.
Precisamente, el presidente checo Milos Zeman volvió a ingresar en un hospital apenas horas después de haber salido de él por una infección de Covid-19.
Y en Bélgica, el primer ministro Alexander de Croo, que reunirá de urgencia a su gabinete el viernes para decidir nuevas medidas, dijo que el aumento de contagios y de hospitalizaciones es “superior a las curvas más pesimistas” esbozadas la semana pasada.
Vacunación desigual
Desde Bruselas, la Comisión europea recomendó la administración de una dosis de refuerzo, a más tardar nueve meses después de la segunda dosis de vacuna anticovid. El pasaporte sanitario europeo de quienes no cumplan con esta dosis de refuerzo perderá validez.
Además, se recomendó también adoptar el mismo enfoque para los ciudadanos de terceros países en el caso de viajes no esenciales.
Solo las personas con un certificado que pruebe que están protegidas con las dosis requeridas por la UE o por la OMS podrán entrar en la Unión Europea, anunció la comisaria de Interior, Ylva Johansson.
Para las personas vacunadas con un inmunizante no reconocido por la UE, se exigirá un test PCR negativo para entrar, precisó.
En la Unión Europea en este momento, un 67,7% de la población ha recibido al menos dos dosis de la vacuna, aunque las diferencias son notorias.
Este jueves, en un intento de acelerar la lucha contra este resurgimiento del pandemia, el órgano regulador europeo aprobó el uso de la vacuna Pfizer para niños de entre 5 y 11 años.
Esta semana, la OMS temió que el resurgimiento de la pandemia de coronavirus en Europa provoque 700.000 muertos adicionales de aquí a marzo si la tendencia actual continúa.