Quedaban solo dos días para el anhelado momento en que se acabarían las clases en la escuela primaria de Uvalde, Texas. Pero la irrupción de un joven armado con una pistola y un rifle semiautomático acabó con la vida de 21 personas, donde 19 de ellas eran niños de entre seis y 10 años.
Un día después de la masacre crecen los cuestionamientos sobre el accionar de la policía, debido a que el atacante, que fue identificado como Salvador Ramos, no fue confrontado por la policía antes de ingresar a la escuela, dijo el jueves un oficial de policía de Texas, contradiciendo comentarios anteriores de las autoridades y planteando más preguntas sobre la respuesta policial a la masacre.
“Inicialmente entró sin obstáculos”, dijo el director regional del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS), Víctor Escalon. “Así que desde la casa de la abuela, hasta la (zanja), escuela, nadie lo confrontó”.
Los comentarios de Escalon se realizaron en una conferencia de prensa que agregó más confusión a la cronología del tiroteo del martes. El funcionario señaló que Ramos le disparó a su abuela y luego destrozó su camioneta en una zanja afuera de la escuela a las 11.28 am. Salió de la camioneta con un rifle y disparó a dos personas al otro lado de la calle. Luego se acercó a la escuela y disparó al edificio varias veces y entró por una puerta aparentemente abierta a las 11.40 am.
Esa puerta normalmente está cerrada, “a menos que se vaya a casa en el bus escolar”, dijo el jueves el exdirector Ross McGlothlin a la cadena CNN.
No había ningún oficial de recursos escolares en el lugar o disponible en ese momento, dijo Escalon. En el interior, el sospechoso entró en un salón de clases y disparó más de 25 veces. La mayoría de los disparos se produjeron al comienzo del ataque.
Los oficiales llegaron a la escuela a las 11.44 am, pero cuando fueron a confrontar al pistolero, recibieron disparos y se protegieron. Pidieron más recursos y personal, evacuaron a estudiantes y maestros en otras partes de la escuela y en algún momento entraron en “negociaciones” con el sospechoso, dijo Escalon. Un equipo táctico de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. llegó al salón de clases, forzó la entrada y disparó fatalmente al sospechoso después de aproximadamente una hora, dijo.
La conferencia de prensa, explicó CNN, subrayó la confusión y la desorganización de la respuesta policial y no respondió preguntas sobre cómo el atacante pudo permanecer dentro del salón de clases durante tanto tiempo.
Javier Cazares, cuya hija de nueve años murió en la masacre, dijo a The New York Times que los funcionarios han tergiversado la respuesta de los agentes del orden. “Dijeron que entraron corriendo y todo eso, no lo vimos”, dijo Cazares, de 43 años, quien estaba afuera de la escuela durante el ataque y escuchó disparos.
La policía estatal señaló que hasta el momento no había encontrado ningún motivo aparente ni ninguna señal de advertencia (un historial de enfermedad mental o antecedentes penales) que hubiera predicho que el atacante cometería tales atrocidades. En la semana anterior al tiroteo, solo unos días después de cumplir 18 años, compró dos rifles estilo AR y hasta 375 rondas de municiones, según las autoridades.
Un video publicado en Facebook y verificado por The Washington Post, mostraba a los desesperados padres de los niños esperando en las afueras de la primaria Robb instando a la policía para que entraran. “¡Entren ahí! ¡Entra allí!”, gritaban según lo que informó The Associated Press. “Están todos ahí. Los policías no están haciendo nada, sino que están parados afuera”, se escuchaba a otro familiar.
Keneth Trump, experto en seguridad escolar nacional, señaló a The Washington Post que será complicado explicar por parte de las autoridades tal nivel de retraso a la hora de actuar, considerando que, desde el tiroteo en Columbine en 1999, hay pautas diseñadas específicamente para este tipo de casos. Expertos entrevistados por el medio afirmaron que posiblemente no se siguió el protocolo.
El efecto de las redes sociales
Facebook dijo el miércoles que el atacante de Texas envió mensajes directos sobre su ataque en una de sus plataformas, algo que el gigante de las redes sociales supo después del tiroteo en la escuela. El gobernador Greg Abbott afirmó en una conferencia de prensa que el joven publicó sus planes en la red social antes del ataque. Ramos, de 18 años, escribió: “Voy a dispararle a mi abuela” y “voy a dispararle a una escuela primaria” poco antes del ataque, según Abbott.
Pero en un tuit , el portavoz de Facebook, Andy Stone, dijo: “Los mensajes que describió el gobernador Abbott eran mensajes de texto privados uno a uno que se descubrieron después de que ocurriera la terrible tragedia”.
Otro vocero de la empresa, Joe Osborne, aclaró que los mensajes fueron enviados de manera privada, pero declinó decir cuáles de sus redes sociales fueron utilizadas. Facebook, que pasó a llamarse Meta el año pasado, también opera Instagram y el servicio de mensajería privada WhatsApp.
Los mensajes privados de Ramos en las redes sociales salieron a la luz el miércoles mientras continuaba la investigación del tiroteo. Días antes del tiroteo, ya había subido a su cuenta de Instagram algunas fotos de sus armas, lugar donde incluso “etiquetó” a otros usuarios. Fue en la misma plataforma donde, a raíz de una selfie en la que aparecía con los ojos delineados de color negro, compañeros y conocidos le dejaron mensajes homofóbicos.
Según The Washington Post, las plataformas de redes sociales han estado enfatizando la mensajería privada durante años, y varios sitios han implementado funciones en las que los usuarios pueden publicar estados temporales o historias que desaparecen de los perfiles públicos después de un cierto período de tiempo.
No está claro si Ramos hizo publicaciones públicas que podrían haber insinuado el tiroteo en alguna plataforma de redes sociales. El Distrito Escolar Independiente Consolidado de Uvalde ha utilizado previamente un programa respaldado por inteligencia artificial para escanear las publicaciones de las redes sociales en busca de posibles amenazas años antes del ataque.
Ramos parecía haber estado activo en Instagram anteriormente. Una compañera de curso, Nadia Reyes, le dijo a The Washington Post que publicó una historia de Instagram hace dos meses en la que le gritaba a su madre, quien dijo que estaba tratando de echarlo de su casa.
“Publicó videos en su Instagram donde la policía estaba allí y llamaba a su madre p---- y decía que quería echarlo”, dijo Reyes. “Él estaba gritando y hablando con su mamá muy agresivamente”.