La primera ministra británica, Theresa May, superó ayer la moción de confianza convocada por el Partido Conservador para decidir sobre su continuidad al frente de la colectividad y el gobierno, al conseguir 200 votos a favor y 117 en contra en una votación secreta a la que estaban llamados todos los diputados de la bancada oficialista en la Cámara de los Comunes.
Si bien la jefa de gobierno sobrevivió al desafío de ayer, aún persisten profundas divisiones respecto del acuerdo del Brexit entre Londres y Bruselas. De hecho, según el periódico The Guardian, los 117 votos en contra que obtuvo ayer "destacan la batalla que ella enfrentará al tratar de persuadir a los parlamentarios que respalden el pacto de retiro del bloque".
Es más, a juicio de los analistas, May consiguió este salvavidas después de que prometiera hacerse a un lado en las elecciones generales de 2022. "En mi corazón me habría encantado haberlos liderado en la próxima elección, pero me di cuenta de que necesitarán a un nuevo líder, con nuevos objetivos para la elección de 2022", dijo una emocionada May en el Comité 1922, nombre que recibe la bancada conservadora en la Cámara de los Comunes. Eso sí, la premier no dio luces sobre cuándo formalizaría su renuncia, algo que recibió muchas críticas de parte de los conservadores.
Tras su victoria, la primera ministra no podrá ser sometida de nuevo a una moción de confianza por su propio partido en 12 meses, pero sí podría afrontar una moción de censura contra su gobierno por parte de la oposición laborista, algo que el líder de ese partido, Jeremy Corbyn, se ha rehusado a hacer, pese a los llamados de colectividades más pequeñas como los liberales demócratas, los nacionalistas escoceses y el partido galés Plaid Cymru.
El panorama para May se complicó el lunes luego que admitiera que iba a perder la votación parlamentaria sobre el acuerdo de salida de la Unión Europea programado para el martes, por lo que decidió aplazarla hasta el 21 de enero, con el fin de ganar tiempo y conseguir que el bloque le diera "garantías adicionales" para así facilitar la aprobación del texto.
En particular, busca clarificaciones que satisfagan a los euroescépticos descontentos con el mecanismo de salvaguarda o backstop que prevé que Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único, hasta que se establezca una nueva relación comercial entre Londres y Bruselas, la cual será negociada en el período de transición que se producirá entre el 29 de marzo de 2019 y finales de 2020.
La facción de los tories, que activó la moción de confianza contra May teme que esa cláusula o backstop deje a Reino Unido integrado en las estructuras comunitarias durante años, por lo que exigen a la primera ministra la certidumbre de que no será una solución indefinida.
En medio de este escenario, May comenzó el martes un tour por Europa y se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel; su homólogo holandés, Mark Rutte y los presidentes del Consejo
Europeo y la Comisión Europea, Donald Tusk y JeanClaude Juncker, respectivamente. Ayer tenía prevista una reunión con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, pero la suspendió una vez que se dio a conocer la moción de confianza.
Mientras, la Unión Europea se prepara para la cumbre de hoy y mañana, donde May presentará sus puntos de vista a los 27 miembros del bloque, quienes también tendrán la opción de formularle preguntas y esperan que la premier británica especifique qué tipo de garantías busca para el acuerdo.
En todo caso, Merkel ya ha advertido que no tienen "intención de cambiar el acuerdo de salida". Por su parte, el canciller de Austria, Sebastian Kurz, celebró el resultado en los Comunes.
Futuros pasos del Brexit
En la tradicional sesión de preguntas y respuestas de los miércoles en la Cámara de los Comunes, Corbyn ignoró la moción de confianza conservadora e interpeló a la premier sobre la votación por el acuerdo de salida. El líder laborista manifestó su intención de que se realice antes del 20 de diciembre, día en que comienza el receso por Navidad que termina el 6 de enero. Esto no solo como una maniobra política, sino que también porque cada día están más cerca del plazo para que Reino Unido se salga de la UE, fijado para el 29 de marzo próximo.
Así, la premier vuelve a estar en una encrucijada para convencer a los parlamentarios a que respalden el acuerdo del Brexit que ella ha definido como "el mejor posible". Una de las opciones que tiene, en caso de fracasar la votación en el Parlamento, es aplazar la salida de la Unión Europea, algo que el gobierno ha señalado que no hará. Pero muchos creen que esto no es definitivo.
Otras de los posibles caminos es que Reino Unido se retire de la Unión Europea sin un acuerdo, lo que provocaría un caos tanto en Londres como en Bruselas. Y también se podría convocar otro referendo, pero para eso se necesita la aprobación del Parlamento, algo que hoy no está asegurado y May se ha negado a hacer pese a la presión laborista.
Para el diario inglés The Times, el margen de 83 votos a favor que consiguió May fue menor que el que esperaba Downing Street, por lo que "parece seguro que se creará más incertidumbre política".
Al respecto, la corresponsal de la BBC, Laura Kuenssberg, dijo que el nivel de oposición que enfrentó la jefa de gobierno "no era del todo cómoda para ella y era un golpe real para su autoridad".