La Unión Europea se ha caracterizado por estirar los acuerdos hasta último minuto y esta vez no sería la excepción. Porque a un día de un voto crucial en Reino Unido, la primera ministra británica, Theresa May, viajó a Estraburgo de urgencia para reunirse con el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, en un último esfuerzo por salvar el acuerdo del Brexit.
El inesperado viaje de May tenía como fin conseguir que la Unión Europea (UE) diera las garantías que el Parlamento británico pide para aprobar el acuerdo de salida que fue rechazado en enero por un margen de 230 votos y que este martes debería ser votado nuevamente en los Comunes. Esto, cuando faltan apenas 18 días para que se concrete el Brexit.
La primera ministra había prometido renegociar con Bruselas su punto más conflictivo: la salvaguarda irlandesa, un mecanismo para evitar la reinstauración de una frontera física entre la República de Irlanda -país miembro de la UE- y la provincia británica de Irlanda del Norte.
Esta tarde todo indicaba que su esfuerzo podría dar frutos. Esto, porque el parlamentario conservador David Lidington -el segundo a bordo del gobierno británico- dijo que Londres "había asegurado cambios legalmente vinculantes que fortalecen y mejorar el acuerdo de retiro y la declaración política". Además, señaló que un instrumento conjunto evita que la Unión Europea entrampe a Reino Unido en la salvaguarda de manera indefinida y le permitirá a Reino Unido hacer una queja en caso de que sienta que es indefinido.
Las primeras pistas de que las conversaciones entre May y Juncker podrían llegar a buen puerto, se conocieron al final del día, cuando el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, se devolvió del aeropuerto para una reunión con su gabinete, lo que para los analistas implicaba algún cambio.
Si el acuerdo que este martes se debe votar en los Comunes es aprobado, los 27 miembros del bloque deben darle su visto bueno, algo que se considera solo un trámite. Algunos analistas han señalado que existe la posibilidad en este escenario de que May pida extender el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que da inicio al Brexit, para preparar los detalles para este proceso.
En caso de que estos cambios legales no convenzan a los Comunes, el miércoles se llevará a cabo otra votación sobre un Brexit sin acuerdo. Si eso es rechazado, el jueves se votará para extender el plazo del Brexit.