Médicos Sin Fronteras (MSF) expresó su preocupación respecto de 130 pacientes y 15 funcionarios médicos que están atrapados en el Hospital Nasser, que fue bombardeado el pasado jueves por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Los pacientes se encontraban sin electricidad ni agua corriente y con escasos alimentos, según Naciones Unidas, que afirma haber conseguido trasladar a 32 pacientes en estado crítico y estar intentando evacuar al resto en los próximos días
En la madrugada del pasado 15 de febrero, un proyectil impactó en el servicio de ortopedia del centro, provocando el caos y matando e hiriendo a un número indeterminado de personas. Temiendo por sus vidas, los trabajadores de MSF tuvieron que huir del recinto dejando atrás a varios pacientes en estado grave, según reportó la organización en un comunicado.
El hospital estuvo tres días sin electricidad, lo que provocó la interrupción del suministro de oxígeno, que a su vez causó la muerte de siete pacientes. Muchas personas heridas por los intensos bombardeos en Khan Yunis tampoco pudieron llegar al hospital para recibir atención de urgencia.
“La gente tiene miedo de salir del hospital porque oyen informes de disparos contra personas. A quienes deseen salir se les debe conceder un salvoconducto”, escribió MSF.
MSF pidió al Ejército israelí “que garantice que todo el personal médico, los pacientes y las personas desplazadas salgan ilesos”. Agregó que el Ejército israelí ordenó a todas las personas desplazadas dentro del hospital que lo evacuen, mientras que solo permitió que el personal médico y los pacientes permanezcan “con un límite de un cuidador por paciente”.
Las tropas israelíes atacaron el hospital argumentando que Hamas empleaba sus instalaciones para mantener rehenes. Como prueba mostró medicamentos hallados en el hospital con los nombres de algunos secuestrados. El canal N12, de Israel, informó que al menos parte de esas medicinas habían sido enviadas a Hamas por familiares de los rehenes como parte de una iniciativa privada.
“La situación del hospital Nasser es un ejemplo más de la forma en que se están desmantelando una a una las instalaciones sanitarias en esta guerra. Aunque en un principio se les dijo que podían permanecer dentro de las instalaciones, se puso en peligro al personal médico y a los pacientes en un lugar donde deberían haber estado protegidos. Nos indigna que una vez más hayan tenido que pagar un altísimo precio por llevar a cabo su trabajo”, afirma Guillemette Thomas, coordinadora médica de MSF en Palestina.
El recinto ubicado en la ciudad de Khan Younis, en el suroeste del enclave palestino, es uno de los más importantes del país que todavía estaba en funcionamiento, pero con los ataques de las tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) quedó “completamente fuera de servicio”, según declaró el domingo un portavoz del Ministerio de Sanidad de Gaza.
En otro comunicado de MSF, la ONG también condenó el asesinato de dos familiares de sus miembros durante una ofensiva israelí en Al-Mawasi, también ubicada en Khan Yunis, en la costa de la Franja de Gaza. Las fuerzas israelíes llevaron a cabo una operación militar en la ciudad durante la cual un tanque israelí disparó contra una casa que albergaba a colegas de MSF y sus familias, durante la tarde del 20 de febrero.
“Estamos indignados y profundamente entristecidos por estos asesinatos”, afirmó Meinie Nicolai, directora general de MSF, que actualmente coordina las actividades médicas de MSF en Gaza. “El mismo día que Estados Unidos decidió vetar un alto el fuego inmediato, dos hijas vieron cómo su madre y su cuñada eran asesinadas por un proyectil de un tanque israelí”.
“Estos asesinatos ponen de relieve la sombría realidad de que ningún lugar de Gaza es seguro, que las promesas de zonas seguras están vacías y los mecanismos de solución de conflictos no son fiables”, afirma Nicolai. “La cantidad de fuerza que se utiliza en entornos urbanos densamente poblados es asombrosa, y atacar un edificio sabiendo que está lleno de trabajadores humanitarios y sus familias es desmedido”.
La situación en Khan Yunis ocurre mientras se agotan los esfuerzos humanitarios para evitar la hambruna en el enclave palestino. Altos funcionarios de ayuda han descrito un “increíble nivel de desesperación” a medida que se agotan los suministros de alimentos. En el norte de Gaza, un intento de la ONU de entregar 10 convoyes de ayuda alimentaria durante siete días fue suspendido a principios de esta semana después de que multitudes saquearan camiones, golpearan a un conductor y se reportaran disparos en medio de escenas caóticas, según reportó The Guardian.
Sólo 11 de los 36 hospitales del territorio palestino siguen funcionando parcialmente después de cuatro meses de conflicto, mientras que tres funcionan a su capacidad mínima, según consigna la BBC. Más de 28.400 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han muerto y más de 68.000 han resultado heridos desde que comenzó la guerra, según el Ministerio de Salud dirigido por Hamas.