En una decisión considerada histórica, el Papa Francisco eliminó hoy el secreto pontificio para las denuncias de abusos sexuales, una petición de las víctimas que garantizará mayor transparencia. El Pontífice advirtió que "no puede imponerse ninguna obligación de silencio sobre los hechos encausados al denunciante, a la persona que afirma haber sido perjudicada y a los testigos". En esta entrevista con La Tercera, el vaticanista José Manuel Vidal analiza la decisión del Papa.
¿Qué importancia tiene la decisión del Papa de levantar el secreto pontificio en caso de abusos y por qué era una demanda anhelada por las víctimas?
Es la primera vez que se levanta el secreto pontificio y, aunque sólo sea para los casos concretos de abusos, es algo histórico, que rompe en parte, con la opacidad vaticana, instaura una mayor transparencia en un ámbito tan sensible para la credibilidad de la Iglesia, y mete una nueva estocada al clericalismo, que tendía a taparlo todo bajo el manto espeso y nebuloso del secreto. Es lógico que las víctimas estén contentas, porque venían pidiendo esta medida desde hace tiempo, porque, en muchas ocasiones y so capa de secreto pontificio, se escamoteaban pruebas y declaraciones y se tapaban indicios de delito. Por otra parte, en algunos casos la Justicia civil hubiera podido tener muchas más pruebas inculpatorias sobre los abusadores y, por lo tanto, hubiera podido castigarlos con mayor efectividad y contundencia.
¿La medida tendrá efecto retroactivo? ¿Se podrán conocer también detalles hasta ahora secretos de investigaciones anteriores?
En general, en el ámbito del derecho, las leyes no suelen ser retroactivas. Y, en este caso tampoco. Eso sí, ya podrán aplicarse estas nuevas medidas en todos los procesos que estén abiertos, en marcha y a falta de ser sentenciados, tanto por la Justicia civil como por la canónica.
[caption id="attachment_910350" align="alignnone" width="600"]
FOTO: AFP[/caption]
El Papa también autorizó que no sólo sacerdotes defiendan a las víctimas en los casos en el Vaticano. ¿Qué significado tiene eso y por qué hasta ahora existía esa restricción?
Precisamente porque era una especie de oficio reservado a los clérigos, para poder atarlos con el secreto pontificio. Era una especia de coto cerrado y privado del clero. Ahora, con esta medida, se reconoce que es cuestión de capacidad y no de condición del sujeto que ejerce ese oficio.