Cuando faltan tres semanas para que el gobierno israelí detalle su plan de anexión, el primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, advirtió este martes que la Autoridad Palestina declarará un Estado independiente si Israel lleva a cabo esa iniciativa.
“Habrá una declaración constitucional y una Asamblea Constituyente. Palestina será un Estado en las fronteras de 1967, con su capital en Jerusalén Este”, señaló Shtayyeh, según indicó la agencia palestina de noticias Ma’an. El premier israelí, Benjamin Netanyahu, quiere declarar, con el respaldo de Estados Unidos, la soberanía de Israel sobre los asentamientos judíos establecidos en Cisjordania desde 1967. También pretende anexar el Valle del Jordán, en la misma línea del Plan de Medio Oriente lanzado por el Presidente Donald Trump en enero.
El primer ministro palestino indicó que la Autoridad Palestina “quiere romper el monopolio de Estados Unidos como mediador de las negociaciones”, y ha reiterado la intención de sacar adelante una conferencia internacional “para avanzar en el proceso de paz”.
El plan de Trump se basa en la solución de dos Estados. Aunque en términos de territorio propone “el más limitado y no contiguo que jamás se les haya ofrecido a los palestinos por parte de la comunidad internacional”, explica el diario Haaretz. El principio en el que se basa este plan, según Trump, es que “ni los palestinos ni los israelíes serán sacados de sus casas”. Como resultado, el mapa que acompaña el plan permite que Israel anexe los asentamientos, así como también las áreas alrededor de los accesos a las calles.
El plan contempla, por ejemplo, la confiscación de terrenos en Cremisan y Al Makhrour, ubicados en la localidad de Beit Jala, de donde proviene el mayor número de chilenos de origen palestino.
Según Washington, Israel anexaría cerca del 30% de Cisjordania, aunque los expertos han señalado que finalmente sería un 20%. Esto es además de los “cambios de territorios y poblaciones” que aparecen en el plan en el Negev y en Galilea, un área que se conoce como El Triángulo. En todo caso, se tiene que presentar un mapa detallado.
El llamado “acuerdo del siglo” establece a Jerusalén como la capital “indivisible” de Israel, mientras que Palestina tendría su capital en una zona de Jerusalén Este ubicada fuera de la barrera de seguridad instalada por Israel. Asimismo, niega el derecho al retorno a los refugiados palestinos.
El plan de anexión es, además, parte del acuerdo entre Netanyahu y el principal líder opositor, Benjamin Gantz, para la formación de un gobierno de unidad, que contempla que desde el 1 de julio se pueda presentar a votación “el acuerdo alcanzado con Estados Unidos sobre la aplicación de la soberanía (en Cisjordania) para la aprobación del gobierno y el Parlamento”. En todo caso, Haaretz advierte que lo fundamental del acuerdo que será sometido a aprobación en el gabinete es totalmente vago. Los socios de la coalición de Netanyahu están subordinados a lo que el premier acuerde con Estados Unidos, ya sea si eso involucre aplazar la anexión, o llevarla a cabo de una manera gradual.
El diario Haaretz explica que desde 1967 Israel ha realizado muchas acciones en Cisjordania que son consideradas como una “anexión de facto”, como la expansión de los asentamientos, las restricciones y la demolición de las construcciones palestinas en el área C. Este plan le entregaría un marco legal, dice el periódico, a la situación actual, en la que existen sistemas legales separados para israelíes y palestinos. Existen, eso sí, dudas con lo que ocurrirá con los palestinos que son propietarios de los territorios que serán anexados, que se estima sería un 23% de la tierra anexada. Se prevé que el plan que presente Netanyahu resuelva esas interrogantes.
Estos planes llevaron al Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, a anunciar el 19 de mayo el fin de todos los acuerdos con Israel y Estados Unidos, incluidos los de seguridad. Además, Shtayyeh anunció que presentaron una contrapropuesta al Cuarteto (Unión Europea, ONU, Rusia y EE.UU), que propone la creación de un “Estado palestino soberano, independiente y desmilitarizado”. El texto propone también “modificaciones menores al trazado de fronteras cuando sea necesario”. En medio de este contexto, miles de palestinos han realizado protestas contra los planes israelíes.