"Estoy muy bien. No hay de qué preocuparse". Con ese breve mensaje la canciller alemana, Angela Merkel, intentó poner paños fríos a las versiones sobre el aparente deterioro de su salud, rumores que han aumentado durante las últimas semanas después de sufrir tres episodios de "temblores" en menos de un mes.

La última "crisis de espasmos" ocurrió ayer durante un acto en Berlín, donde recibió al primer ministro de Finlandia, Antti Rinne. Ante esto, la prensa alemana ha cuestionado la falta de información sobre el estado de salud de la líder conservadora y ha especulado sobre si podrá finalizar su mandato en 2021.

"Preocupación por el estado de salud de la canciller", escribió el diario Der Spiegel en su versión online, tras mencionar que "nuevamente la canciller Angela Merkel muestra deficiencias físicas".

"Surgen interrogantes sobre la salud de la canciller", escribió Bild, el diario alemán más leído. "La pregunta si Merkel ha estado recibiendo tratamiento médico durante las últimas tres semanas sigue abierta", apuntó el noticiario alemán Tagesschau.

Las alarmas se encendieron el pasado 18 de junio, cuando Merkel recibió al Presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky. Durante la ceremonia, la canciller comenzó a "sacudirse violentamente", como describió la cadena alemana NTV. Para la agencia France Presse, se trató de "un primer impactante episodio de espasmos". Ante lo evidente de los espasmos, Merkel señaló a la prensa que se debía al intenso calor y a una deshidratación.

Sin embargo, sólo nueve días después, el 27 de junio, Merkel vivió un nuevo episodio de temblores durante la ceremonia de toma de posesión de la ministra de Justicia, Christine Lambrecht (SPD), en el Palacio Bellevue, la residencia oficial del Presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier.

A pesar de las dudas sobre su salud, la canciller concurrió sin problemas a la cumbre del G20 en Osaka, donde fue abordada por los periodistas para saber si había acudido al médico tras los episodios de temblores. "Estoy convencida de que de la misma manera que esta reacción hizo su aparición, también volverá a desaparecer", reconoció entonces la gobernante.

Angela Merkel, de 64 años, fue durante 18 años y hasta diciembre pasado, la titular de la Unión Demócrata Cristiana (CDU). Además, está encaminada en cumplir el cuarto y último mandato como canciller tras asumir en 2005, para despedirse de la política alemana en 2021. Sin embargo, las especulaciones de una posible enfermedad de Merkel han abierto la posibilidad de una dimisión adelantada, especialmente porque la canciller en "raras ocasiones" se tomó descansos por enfermedades.

"Angela Merkel tiene una reputación de estar en muy buenas condiciones físicas. Este tercer incidente es algo irritante para muchos en Alemania. Tal vez al regresar de vacaciones todo esté bien.

De lo contrario, las preguntas sobre su estado de salud permanecerán", señaló Fabian von der Mark, corresponsal de la cadena Deutsche Welle.

Incluso, medios como NTV han invitado a médicos, como Christoph Specht, para explicar las posibles causas de los temblores. Además, consultaron al politólogo alemán, Heinrich Oberreuter:

"Nadie está interesado en ver la capacidad oficial de la canciller restringida. Si Merkel está gravemente enferma, uno debe discutir el problema de la sucesión, lo quiera o no. Ni para Merkel, ni para la CDU el estado es bueno, (sobre todo) en tiempos difíciles, en los que la estabilidad de la coalición está en tela de juicio".

"Vivir con eso"

"Obviamente todavía no está terminado, pero hay progreso. Y ahora tengo que vivir con eso", explicó ayer la propia Merkel. A su vez, la portavoz del gobierno, Ulrike Demmer, rechazó problemas de salud, tras insistir en que "la canciller está bien".

A pesar de los intentos por bajarle el perfil a la situación, el canal de televisión alemán Welt, profundizó en los episodios de temblores tras apuntar que el episodio de ayer no fue el tercero, sino el cuarto, ya que durante la visita de Merkel a Ciudad de México en junio de 2017, "sus piernas temblaron en una recepción con el entonces mandatario Enrique Peña Nieto".

Además, Welt sostiene que precisamente por los rumores, los predecesores de Merkel han "guardado deliberadamente silencio o incluso cubierto enfermedades graves".

El comentarista político alemán Stefan Cornelius dijo que "Merkel es muy dura consigo misma, pero por otro lado, no se ve tan saludable. Aumenta de peso, tiene un exceso de trabajo y está en su 14º año en el poder. Eso es un gran peso para ella", señaló. Justo el próximo miércoles, la canciller cumplirá 65 años.