Siete de septiembre de 2006. Al llevar a cabo una excavación, la policía del estado de Michoacán, al oeste de México, encontró en la comunidad purépecha de Angahuan la primera fosa clandestina del año, con seis hombres semidesnudos, con los ojos vendados, maniatados y la garganta cortada.

Ese hallazgo, que se produjo luego de que lugareños señalaron haber visto una camioneta de lujo y que al acercarse detectaron tierra removida, marcó el inicio de una oscura trama que ha provocado un alto impacto en México.

Una investigación de un equipo independiente de periodistas, reveló días atrás que entre 2006 y 2016 se han encontrado 1.978 fosas clandestinas en México. De acuerdo al estudio, durante este período ha sido descubierto un entierro ilegal cada dos días, en uno de cada siete municipios del país.

Así, la pesquisa -que fue realizada gracias a datos de las fiscalías y policías locales, junto con reportes de la prensa-, permitió al equipo indagar en los crímenes y mecanismos que se han utilizado durante los últimos años, que coinciden con las gestiones de los Presidentes de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018).

"Las inhumaciones ilegales se convirtieron en uno de los sellos de agua de los dos sexenios en los que se llevó a cabo la llamada 'guerra contra las drogas', al grado de que en uno de cada siete municipios mexicanos victimarios cavaron hoyos en la tierra para ocultar cadáveres de sus víctimas y, en algunos casos, también para quemarlos", señala la publicación.

"Niveles de catástrofe"

Según la investigación, el fenómeno de los entierros clandestinos creció a tal nivel que mientras en 2006 fueron descubiertas solo dos fosas, en los siguientes años los números subieron considerablemente. Tanto así que si en 2007 los escondites de cuerpos detectados bajo tierra fueron 10, en 2010 subieron a 105 y en 2011 a 375, es decir uno diario. Con todo, los hallazgos no han descendido de los 245 por año desde 2012, año en que asumió Peña Nieto.

"Los datos sobre fosas que revela este trabajo nos permiten conocer mucho más sobre las formas de operación del crimen organizado en México, sus rutas, los márgenes de acción que tienen y su capacidad de control de poblaciones y territorios", dijo a La Tercera la profesora e investigadora del CIDE experta en criminalidad y violencia, Sandra Ley.

Entre los principales hallazgos, la investigación documentó más fosas clandestinas que las que actualmente reconoce el gobierno de México.

"No ha sido por el gobierno que sabemos de las fosas clandestinas en el país. Lo que sabemos (poco aún) es gracias a esfuerzos como este, desde la sociedad civil y medios de comunicación", agregó Ley, quien además señala que con esto quedan al descubierto las limitadas capacidades de las autoridades a nivel local para reportar datos concretos, objetivos y consistentes.

De los datos recabados y en el período 2006-2016, la fiscalía recuperó 2.884 cuerpos, 324 cráneos, 217 osamentas, 799 restos óseos y miles de huesos de un número no identificado de personas. Sin embargo, de ese total, solo 738 personas han sido identificadas.

A lo anterior se suma otros eventos, como el del escándalo del trailer con 150 cadáveres abandonados en Jalisco en septiembre, que da cuenta que la violencia no da tregua en México.

"Mago" Torres, periodista mexicana encargada de la investigación: "Falta una estructura para documentar los hallazgos"

Hace un año y medio tres periodistas independientes mexicanas, "Mago" Torres, Alejandra Guillén y Marcela Turati, iniciaron la investigación que reveló que entre 2006 y 2016 se encontraron casi 2 mil fosas clandestinas en México. En conversación con La Tercera, Torres aseguró que este trabajo representa "la primera entrega de algo más grande".

¿En qué contexto se enmarca la investigación sobre la desaparición de personas en México?

Nosotros tenemos los registros básicamente desde 2006, cuando el gobierno de Felipe Calderón empezó la llamada 'guerra contra el narcotráfico', y de ahí lo que fue ocurriendo fue el incremento gradual de este fenómeno que ha cruzado muchas realidades del país, hasta el máximo que se alcanza con 375 fosas encontradas en 2011.

¿Qué ocurre con los registros de fosas que hasta ahora realizaban desde el gobierno y que no coinciden con los de su reporte?

Lo principal de la investigación es que falta una estructura para documentar los hallazgos de fosas clandestinas en México, lo que se encuentra en estos hallazgos: cuerpos, osamentas, cráneos, restos óseos o fragmentos para saber quiénes son estas personas.

¿Qué más pudieron encontrar?

Ver el mapa nos ayuda a tener una perspectiva distinta sobre lo que pasa. Encontramos pequeñas líneas que cruzan el país que parecen corredores, descubrimos prácticas y ojalá tuviéramos mucho más respuestas, pero lo que más tenemos son preguntas.