Michael Cohen, el exasesor de Trump que ahora es la pieza clave del juicio en contra del expresidente
El abogado era quien solucionaba los problemas del exmandatario y ahora es uno de los testigos clave en el caso que lo podría llevar a la cárcel. "Necesita rendir cuentas por sus actos sucios”, ha dicho sobre su exjefe.
Durante 12 años, Michael Cohen fue el hombre de confianza de Donald Trump, al punto que se jactaba de que “recibiría una bala” disparada contra su jefe en su rol no solo de abogado, sino que también como su solucionador de problemas, rol que ejerció de 2006 a 2018.
Pero ahora todo cambió y es la pieza clave del juicio que el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg está tratando de llevar adelante contra Trump. El gran jurado -que este miércoles postergó su reunión para decidir si presenta o no una acusación contra el expresidente- ha estado investigando la participación de Trump en un pago de US$ 130 mil realizado en 2016 a la actriz porno Stormy Daniels para evitar que hiciera público un encuentro sexual que aseguró haber tenido con él años antes.
Cohen, que en ese entonces era abogado de Trump, le pagó a Daniels, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, a través de una empresa ficticia. Esto antes de que el republicano hiciera un reembolso a través de la empresa Organización Trump, que registró los reembolsos como gastos legales.
A principios de 2016, Cohen también hizo arreglos para que la exmodelo de Playboy Karen McDougal recibiera un pago de US$ 150 mil por parte del editor del tabloide The National Enquirer, que luego silenció su historia en una práctica periodísticamente dudosa, conocida como “atrapar y matar”. Trump niega haber tenido relaciones sexuales con las dos mujeres.
La compañía de Trump “abultó” el reembolso de Cohen por el pago de Daniels para solventar los pagos de impuestos, según los fiscales federales que presentaron cargos penales contra el abogado en relación con los pagos en 2018. En total, Cohen recibió US$ 360 mil más un bono de US$ 60 mil.
El abogado reconoció públicamente los pagos durante la campaña de 2016. “Todo se hizo con el conocimiento y bajo la dirección del señor Trump”, testificó Cohen bajo juramento en una audiencia en la Cámara.
Cohen ha testificado al menos 20 veces ante los fiscales sobre supuestas ilegalidades por parte de Trump y recientemente prestó testimonio ante un gran jurado y ha proporcionado documentación que refuerza su testimonio, indicaron al diario USA Today personas cercanas al caso.
Trump ha negado haber tenido algún encuentro sexual con Daniels y acusó al fiscal de distrito, el demócrata Alvin Bragg, de llevar a cabo una “cacería de brujas” política en su contra.
El equipo de Trump y los críticos de Cohen sostienen que está jugando un juego cínico basado en rescatar su reputación y sacar provecho de su declaración de culpabilidad. Pero sus partidarios, en el Congreso, en el Partido Demócrata y en su amplia presencia en las redes sociales, le dan crédito por una decisión de alto riesgo de desafiar a un presidente.
Trump recurrió a su red social Truth Social en un esfuerzo por socavar la credibilidad de Cohen. “Recuerden, Michael Cohen era un abogado que también representaba a otros clientes, además de mí, y que hacía transacciones comerciales por sí mismo, como Taxi Cab Medallions, etc. No tenía nada que ver con sus negocios externos”, publicó Trump.
“En tres ocasiones distintas, Cohen me pidió que le concediera un indulto presidencial por hechos relacionados con estos intereses externos (...) Dije, correctamente, ‘no’. Algún tiempo después, se convirtió en un falso narrador y comenzó a mentir sobre los hechos”, agregó.
Admirador de Trump
Cohen fue candidato al Concejo Municipal de Nueva York en 2003 y un gran admirador de la personalidad pública de Trump antes de trabajar para él. Obtuvo el trabajo después de impresionar al magnate, defendiéndolo en una reunión de la junta de condominios en un edificio de Trump en 2006, indicó The New York Times.
Parte de su papel se convirtió en anticipar los caprichos y deseos de Trump e interpretar las instrucciones pronunciadas en lo que Cohen describiría más tarde como “código”.
Cuando uno de los amigos de Trump le preguntó por qué mantuvo a Cohen cerca, el exmandatario respondió: “Él tiene su propósito”, indicó a The New York Times. Ese propósito, dijo Cohen más tarde, incluía limpiar algunos de los líos de Trump.
En octubre de 2016, mientras visitaba a su hija en Londres, Cohen recibió llamadas de altos ejecutivos de The National Enquirer que habían forjado vínculos estrechos con Trump a lo largo de los años. Advirtieron que Daniels estaba buscando vender su historia.
En cuestión de días, dice el diario, Cohen llegó a un acuerdo con el abogado de Daniels, asegurando el silencio de la actriz porno en un momento crucial para la campaña.
Cuando Trump ganó la presidencia poco después, Cohen se ubicó en una oficina en el bufete de abogados Squire Patton Boggs en Midtown, Manhattan.
Sin embargo, al poco tiempo el grupo Common Cause presentó una queja ante la Comisión Federal de Elecciones (FEC) sobre su pago a Daniels, que fue revelado públicamente en enero de 2018 por The Wall Street Journal.
Poco después, Cohen reconoció ante la FEC y The New York Times que había realizado el pago, insistiendo en que lo hizo por su cuenta y que ni la Organización Trump ni la campaña del republicano habían sido parte en este, aunque no señaló si el magnate estaba al tanto del pago.
Mientras, la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre si la campaña de Trump había conspirado con los rusos en 2016 y si el republicano había obstruido la justicia seguía avanzando. Cohen testificó ante el Congreso que las discusiones sobre un proyecto de la Torre Trump en Moscú se detuvieron en enero de 2016. Sin embargo, después se descubrió que las discusiones continuaron hasta junio de ese año, en plena campaña presidencial, indicó The New York Times.
El equipo de Mueller también estaba investigando a Cohen, incluso por el acuerdo de dinero secreto, pero pronto entregó esa pesquisa a los fiscales federales en el Distrito Sur de Nueva York.
En abril de 2018, agentes del FBI registraron la oficina, la casa y el hotel de Cohen, donde se hospedaba su familia mientras se realizaban trabajos de reparación en su departamento, tomando correos electrónicos, registros comerciales y otro material.
Cuatro meses después, los fiscales federales en el Distrito Sur prepararon cargos contra Cohen por el dinero que pagó por mantener en silencio de Daniels y una variedad de delitos financieros no relacionados. El abogado Lanny Davis dijo que los fiscales amenazaron con acusar también a la esposa de Cohen, Laura, de los delitos fiscales.
Cohen se declaró culpable en ese caso y, más tarde, en otro presentado por Mueller relacionado con su testimonio en el Congreso sobre el posible acuerdo hotelero de Trump en Moscú.
En agosto de 2018, Cohen se declaró culpable en un tribunal federal de ocultar más de US$ 4 millones en ingresos personales al IRS (servicio de impuestos internos), hacer declaraciones falsas sobre un préstamo con garantía hipotecaria y, en 2016, “cursar US$ 280.000 en pagos para silenciar a dos mujeres que, de lo contrario, planeaban hablar públicamente sobre sus supuestos asuntos con un candidato presidencial, con la intención de influir en las elecciones presidenciales de 2016″, según documentos del Departamento de Justicia.
Trump ha ofrecido varias explicaciones sobre los pagos. Cuando la historia de Cohen comprando el silencio de Daniels salió a la luz por primera vez en 2018, el entonces presidente dijo que no estaba al tanto. Luego, cuando surgieron pruebas que sugerían que eso no era cierto, afirmó que nunca ordenó a su abogado que hiciera nada ilegal.
Cohen afirmó que Trump lo arrojó debajo del bus para salvar su propia reputación y futuro político. Fue liberado antes bajo arresto domiciliario debido al coronavirus.
Recientemente, el 14 de marzo, Cohen se negó a discutir el caso actual contra Trump en una entrevista con USA Today, diciendo que no tenía mala intención hacia el exmandatario y que solo quería que el gran jurado escuchara los hechos del caso.
Cuando los periodistas le preguntaron el lunes fuera del juzgado si quería que arrestaran a su exjefe, Cohen respondió que su objetivo era decir la verdad y ayudar en la investigación. “Esto no es venganza, ¿verdad?”, dijo. “Se trata de responsabilidad. Necesita rendir cuentas por sus actos sucios”.
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