Michael Kelly conoce bien el Vaticano. Actual director de The Irish Catholic, el principal diario católico de Irlanda, este periodista trabajó durante años en Roma, primero como productor y redactor en la Radio Vaticana y luego como corresponsal del diario que dirige hoy. Con esa experiencia a sus espaldas, no esconde cierta sorpresa ante lo que sucede actualmente en el Vaticano, mientras que al Papa Francisco lo describe como "un hombre paradójico".
De visita en Chile, donde participó en la V versión del Seminario de Comunicaciones de Iglesia que organiza la Universidad Católica, cuyo foco es "comunicar para reconstruir confianza", Kelly analizó para La Tercera el momento que está viviendo la Iglesia Católica y respondió luego, desde Irlanda, algunas preguntas sobre el documento emitido el jueves por el Papa sobre los abusos. "La Santa Sede ha sido lenta en establecer una ley universal sobre el tema", dice.
Usted dijo que en la cumbre sobre abusos sexuales de febrero el Papa se jugaba su Pontificado. ¿Cuál es su evaluación de ese encuentro?
Lo que las personas están esperando ahora son acciones concretas. Si uno ve, la Iglesia Católica en el mundo viene enfrentándose a estas revelaciones desde hace 25 años. Esto no es nuevo. El Papa, en efecto, dijo que lo lamentaba y que estaba afectado. Sabemos que el Papa lo lamenta y está afectado, pero lo que las personas piden ahora son acciones concretas. ¿Cuáles son las acciones concretas en términos de transparencia y en términos de rendición de cuentas? Si el Papa no tiene claro eso, no hace las cosas bien, y no actúe rápido, esta crisis se va a extender como un cáncer.
¿Cree que el documento del Papa va en la dirección correcta?
Sí, creo que es un paso muy importante en el proceso de asumir que es un tema universal. Tenemos muy buenas guías de acción y procedimientos de las conferencias episcopales nacionales, pero la Santa Sede ha sido lenta en elaborar una ley universal. Creo que este es un paso muy bienvenido. Otra cosa importante es que este es un motu proprio que viene de la mano del Pontífice y no una cosa procedimental del Vaticano. Creo que esta es una clara señal del Vaticano de que en los niveles más altos de la Iglesia se entiende que las personas miran hacia Roma en busca de normas universales frente a la crisis. Esto puede ser un paso importante para asegurar que las conferencias episcopales particulares entiendan la responsabilidad decisiva que tienen ante estos crímenes.
Irlanda enfrentó una profunda crisis ante las revelaciones de abusos contra menores en la Iglesia Católica ¿Qué lecciones puede sacar Chile de ese caso?
Es interesante, porque unas pocas semanas antes de venir a Chile, en una recepción me encontré con el cardenal retirado de Irlanda, Sean Brady, y le dije que iría a Chile y que la conferencia sería sobre confianza y credibilidad de la Iglesia frente a la crisis de los abusos. Entonces me tomó del brazo y me dijo: "Diles una cosa". "Qué", le pregunté. "Diles que no pierdan tiempo en los errores, que vayan directo a las conclusiones, directo a la rendición de cuentas, que no se resistan". Creo que eso es lo importante. La Iglesia no debe buscar un trato especial, esa es una mala decisión. Los sacerdotes y los obispos son ante todo ciudadanos.
¿Qué significó, según usted, el viaje a Chile para el Papa Francisco?
Por primera vez desde que el Papa Pablo VI comenzó a viajar en los 60, un viaje papal fue un fracaso. Creo que el Papa se dio cuenta, creo que el Vaticano se dio cuenta. Yo trabajé en el Vaticano y como parte de mi trabajo viajé con Juan Pablo II y con Benedicto XVI. Era interesante cuando uno llegaba unos días antes y les preguntaba a los obispos ¿cómo está el ánimo? Te decían que estaba terrible, que todos estaban molestos, que se gastó mucho dinero. Y después era como mágico. Cuando aterrizaba el avión y las puertas se abrían todo cambiaba. Pero eso no pasó aquí. No fue una visita exitosa. Creo que Francisco y los que están en torno a él se dieron cuenta que si no enfrentaban este tema de manera correcta marcaría su papado. No sólo sería el primer Papa latinoamericano, sino también el Papa que supo de esto y no fue capaz de manejarlo.
¿Por qué cree que el Vaticano no vio eso antes del viaje?
¿Que sería un fracaso? Creo que porque no leyeron el ánimo en terreno correctamente. Creo que eso motivó muchas reflexiones después. Ahora hay otro problema con la velocidad de esto. Todos saben que el Papa va a remover a más obispos chilenos. ¿Por qué todavía no pasa? Todos los periodistas en Roma hablan de esto. Está en la mente del Vaticano. Aquí en Santiago sólo tienen un administrador apostólico. Santiago necesita un nuevo arzobispo…
En Chile hay nueve administradores apostólicos...
Es de locos. Entiendo que el Papa necesita tiempo, pero cuánto tiempo. Si está realmente abrumado por la situación de Chile, entonces que suspenda por dos semanas la audiencia que tiene los miércoles y se dedique a solucionar ese tema.
¿Por qué está pasando eso?
En parte es la personalidad de Francisco. Tiene un grupo muy pequeño de asesores y también, paradójicamente, pese a ser un hombre bastante progresista teológicamente es un Papa muy centralista. Todo tiene que pasar por su escritorio. Estuve en Roma recientemente y hablé con mis fuentes en los distintos departamentos del Vaticano y me decían "mira, me puedo hacer el tonto y quedarme sentado en mi escritorio".
Parece una contradicción porque él habla mucho de sinodalidad, de descentralizar.
Es una gran contradicción. El es un hombre paradójico. Lo que más habla es de sinodalidad y es el Papa más centralista desde Pío IX (1846-1878). Todo pasa por su escritorio. Su estilo de dirección es un problema. Necesita un organismo, una task force, un equipo de expertos. Alguien como Scicluna, que pueda decir vengo aquí en nombre del Papa.
Algunos dicen que esta es la peor crisis de la Iglesia Católica desde la Reforma. ¿Qué opina?
Creo que sí, es la peor desde la Reforma y, en algún sentido, al menos públicamente, es peor que la Reforma. Mucha gente, por ejemplo en Irlanda, no supo nada de la Reforma. Si uno retrocede 500 años la gente no conocía ni siquiera el nombre del Papa. Hoy todo el mundo lo sabe. Encienden las noticias y lo ven. La gente en Irlanda habla de la crisis de la Iglesia en Chile. Eso la hace mucho más global de lo que nunca fue la Reforma. Durante la Reforma la Iglesia en realidad sólo existía en Europa, ahora está en todos lados.