Los bombardeos y los ataques indiscriminados de Rusia contra zonas pobladas de Ucrania generan una “inmensa preocupación” y podrían configurar “crímenes de guerra”, afirmó este miércoles la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
“Los ataques indiscriminados están prohibidos por la ley humanitaria internacional y podrían constituir crímenes de guerra”, dijo la exmandataria chilena ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, recurriendo al condicional por convención, dado que las acusaciones deben ser por principio decididas por un tribunal.
Bachelet además recordó que “las vidas de millones de personas se han visto trastornadas al verse forzadas a huir de sus hogares o a vivir en sótanos y en refugios antiaéreos mientras sus ciudades son hostigadas y destruidas”.
En esa línea, la Alta Comisionada de Naciones Unidas instó a Rusia a prestar oídos a los llamamientos internacionales y a “actuar de inmediato para retirar sus tropas del territorio ucraniano”.
Por otro lado, Bachelet reconoció su preocupación por el uso de armas sumamente potentes y con amplio radio de acción en zonas pobladas, que provocan “daños masivos” entre los civiles.
Asimismo, informó que su oficina recogió “testimonios creíbles de que las fuerzas armadas rusas usaron bombas racimo en zonas pobladas al menos 24 veces” desde el inicio de la invasión, el 24 de febrero.
Ni Rusia ni Ucrania adhirieron a la convención de prohibición de ese tipo de armas, particularmente letales porque muchas veces no explotan de inmediato y se convierten en minas.