Un gran número de personas se reunieron este lunes en alcaldías de toda Francia para mostrar su solidaridad con gobiernos locales, muchos de ellos afectados por las seis noches de violencia desencadenada por la muerte de un joven de 17 años a manos de la policía en los suburbios de París.
El descontento -el cual parecía estar atenuándose el domingo en la noche- estuvo impulsado principalmente por adolescentes que viven en los suburbios y en conjuntos habitacionales, y que reaccionaron violentamente en contra de un Estado francés que, según muchos jóvenes con raíces migrantes, los discrimina de manera rutinaria. En total, 99 municipios se han visto afectadas por los actos de violencia, informó el Ministerio del Interior.
En la municipalidad de L’Hay-les-Les Roses, un suburbio al sur de París, cientos de personas se reunieron para expresar su apoyo al alcalde Vincent Jeanbrun, cuya esposa y uno de sus hijos pequeños resultaron heridos mientras escapaban de su residencia el domingo en la madrugada, la cual fue embestida por un vehículo en llamas que los manifestantes habían incendiado.
Fue un ataque inusualmente personal que según las autoridades será procesado como intento de homicidio, y desató una gran cantidad de muestras de apoyo hacia los gobiernos locales en muchas de las poblaciones en donde las alcaldías suelen ser, literalmente, centrales en la vida pública.
“Vimos el verdadero rostro de los alborotadores, que es el de asesinos”, dijo Jeanbrun en un emotivo discurso. Francia y “la democracia misma” estuvieron bajo ataque durante varios días de descontento. “Esto no durará”, comentó el alcalde, y añadió que la “mayoría silenciosa” está levantando la voz para decir: “¡Basta! ¡Esto es suficiente!” La multitud respondió coreando: “¡Suficiente!”
No ha habido una gran cantidad de protestas organizadas más allá de una marcha la semana pasada en honor de Nahel, el adolescente de 17 años de ascendencia argelina que fue asesinado el martes pasado en Nanterre, un suburbio de París. En lugar de marchas, la indignación se ha manifestado en ataques de jóvenes a policías, choques en los que ambas partes han utilizado tácticas cada vez más agresivas.
Los 3.354 arrestados en la última semana tenían una edad promedio de 17 años, dijo el ministro del Interior. Pero el problema de la discriminación afecta a todas las edades, según Ahmed Djamai, un hombre de 58 años nacido en Nanterre y que se presentó a la muestra de solidaridad en la alcaldía el lunes.
Djamai dijo que la policía lo detuvo hace poco y le exigió que presentara un permiso de residencia, a pesar de que no tiene ni necesita uno al ser ciudadano francés. Aseguró que el problema no desaparecerá incluso si la violencia amaina.
“Nuestros niños de segunda, tercera y cuarta generación enfrentan el mismo problema cuando salen a buscar un trabajo, cuando van a universidades de prestigio”, comentó. “No son aceptados. Así que incluso ahora, el problema es social, pero también es de identidad. Es mucho más profundo”.
El presidente Emmanuel Macron se reunirá este martes con alcaldes de 220 poblados del país. En toda Francia, 34 edificios -la mayoría de ellos vinculados al gobierno- fueron atacados del domingo al lunes, al igual que 297 vehículos.