Miles de personas se han manifestado este sábado en el centro de Londres, en Inglaterra, para protestar por el procesamiento de Carla Foster, una mujer de 44 años que ha sido condenada a 28 meses de prisión por abortar entre la semana 32 y la 34.
“¡Libertad para Carla Foster!”, corearon los asistentes en la marcha entre el Real Tribunal de Justicia y Whitehall entre pancartas con lemas como “Aborto es atención sanitaria”, “Uno, dos, tres, seguro, legal, libre”, “¿Qué hacer cuando atacan nuestros derechos? Levantarse y contraatacar” o “El verdadero crimen es que haya policías pendientes de nuestros cuerpos”, fueron parte de las consignas.
La diputada del Partido Laborista, Stella Creasy, aseguró que “esta semana nos demuestra que lo que hemos intentado decir algunas de nosotras tan a menudo y con paciencia a hombres de mediana edad en Twitter. No tenemos el derecho legal a elegir en Inglaterra y Gales y esto tiene consecuencias muy reales”.
“Ha habido 67 procesos judiciales contra mujeres en los diez últimos años por delitos relacionados con la Ley de Personas de 1861″, recordó, una norma que ya “no es adecuada”. “En particular las secciones 58 y 59 ya no sirven a su propósito”, indicó.
“Es evidente que son casos difíciles. Nadie lo pone en duda, pero pedimos un punto de inicio para comparar porque ahora tenemos en prisión a una madre de tres hijos, uno de ellos con necesidades educativas especiales”, reseñó. “¿A quién beneficia seguir castigando a esta mujer?”, planteó.
La Ley de Personas fue enmendada en 1967 para despenalizar el aborto hasta las 28 semanas. En 1991 se rebajó el plazo hasta las 24 semanas. Además se incluyen supuestos como peligro para la vida de la madre o el bebé o una discapacidad grave del feto.
Con la pandemia se enviaron píldoras abortivas por correo para abortar en las diez primeras semanas y evitar así acudir a las clínicas. La norma se convirtió en definitiva en agosto de 2020.