Las comunidades azotadas por el huracán Ida en Luisiana enfrentaban un nuevo peligro mientras comenzaban la enorme tarea de limpiar los escombros y reparar los daños: la posibilidad de pasar semanas sin electricidad en el sofocante calor del final del verano.
Ida arrasó la red eléctrica de la región y dejó a toda la ciudad de Nueva Orleans y a cientos de miles de residentes en el estado a oscuras y sin unos plazos claros para solucionar la avería. Algunas zonas a las afueras de Nueva Orleans también sufrieron importantes inundaciones y daños estructurales.
“Hay más preguntas que respuestas. No puedo decirles cuándo se restablecerá la electricidad. No puedo decirles cuándo se retirarán todos los escombros y se realizarán las reparaciones”, dijo el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, en una conferencia de prensa el lunes. “Pero lo que sí puedo decirles, es que vamos a trabajar muy duro todos los días para entregar la mayor cantidad de ayuda que podamos”.
El presidente, Joe Biden, mantuvo una reunión virtual el lunes con Bel Edwards y con el gobernador de Mississippi, Tate Reeves, además de con los alcaldes de las ciudades y parroquias más afectadas por el meteoro para recibir una actualización del daño que causó y discutir la ayuda que puede proporcionar el gobierno federal.
“Estamos en estrecha coordinación con funcionarios estatales y locales en cada paso del camino”, afirmó Biden.
Dos personas murieron y al menos 10 resultaron heridas tras el hundimiento de una carretera en Mississippi el lunes por la noche. Según la televisora WDSU-TV, la Patrulla de Autopistas del estado, personal de emergencias y equipos de rescate que respondieron a un aviso en la autopista 26 del condado George, unos 96 kilómetros (60 millas) al noreste de Biloxi, se encontraron con los dos carriles destruidos, según policías.
Siete vehículos se vieron afectados y se necesitarán grúas para sacarlos del agujero, explicó el cabo Cal Robertson, de la Patrulla de Autopistas de Mississippi.
Rescatistas en barcos, helicópteros y camionetas para aguas altas ayudaron a cientos de de personas atrapadas en las inundaciones el lunes, y tenían previsto ir puerta por puerta en las zonas más afectadas para asegurarse de que todos estaban bien. Por otra parte, equipos de electricistas se dirigían al estado para ayudar.
El gobernador explicó que 25.000 efectivos de reparación de servicios públicos trabajaban sobre el terreno en Luisiana para tratar de recuperar el suministro eléctrico, añadiendo que había más en camino.
Pese a esto, su oficina calificó el daño en la red como “catastrófico” y los responsables del servicio dijeron que podrían pasar semanas hasta que se restablezca el suministro en algunos puntos.
Más de un millón de viviendas y negocios en Luisiana y Mississippi se quedaron sin electricidad el domingo ante el avance de Ida con vientos que llegaron a alcanzar los 240 km/h (150 mph), que la convirtieron en el quinto huracán más potente que azota suelo estadounidense.
El lunes en la noche, Ida se había degradado a depresión tropical con vientos de apenas 56 km/h (35 mph), aunque los meteorólogos advirtieron de fuertes aguaceros y riesgo de inundación en partes de los valles de Tennessee y Ohio.
La tormenta habría causado al menos dos decesos: un conductor que se ahogó en Nueva Orleáns y una persona golpeada por la caída de un árbol a las afueras de Baton Rouge.
Ida tocó tierra en el 16to aniversario del paso del huracán Katrina, que en 2005 rompió los diques de Nueva Orleans, arrasó la ciudad y causó 1.800 muertes.
En esta ocasión, Nueva Orleans escapó de las catastróficas inundaciones que algunos temían. Pero las autoridades de la ciudad pidieron a quienes se marcharon que esperen un par de días antes de regresar por la falta de electricidad y combustible.
En el extremo suroeste de Mississippi, vecindarios enteros quedaron rodeados de agua y muchos carreteras estaban intransitables. Se reportaron varios tornados, incluido uno en Saraland, Alabama, que arrancó parte del techo de un motel y volcó un trailer, hiriendo al conductor, según el Servicio Nacional de Meteorología.