Los militares de Gabón, país productor de petróleo, declararon el miércoles que habían tomado el poder y puesto al Presidente Ali Bongo bajo arresto domiciliario, interviniendo minutos después de que el organismo electoral del Estado centroafricano anunciara que había ganado un tercer mandato.
Los oficiales, que dijeron representar a las Fuerzas Armadas, declararon por televisión que se anulaban los resultados electorales, se cerraban las fronteras y se disolvían las instituciones estatales, tras una tensa votación sin observadores internacionales que iba a prolongar el más de medio siglo de la familia Bongo en el poder.
Cientos de personas celebraron la intervención militar, mientras que Francia, el antiguo gobernante colonial de Gabón que tiene tropas estacionadas en la nación africana, condenó el golpe.
“Condenamos el golpe militar y recordamos nuestro compromiso con unas elecciones libres y transparentes”, ha declarado el portavoz del Gobierno francés, Olivier Véran.
El golpe crea más incertidumbre para la presencia de Francia en la región. Francia tiene unos 350 soldados en Gabón. Sus fuerzas han sido expulsadas de Malí y Burkina Faso tras los golpes de Estado de los dos últimos años.
Gabón produce unos 200.000 barriles de petróleo al día, principalmente de yacimientos que se están agotando. Entre las empresas internacionales figuran la francesa TotalEnergies y la anglofrancesa Perenco.
La minera francesa Eramet, que tiene grandes explotaciones de manganeso en Gabón, declaró que había interrumpido sus operaciones.
Octavo golpe en la región desde 2020
“Hoy marcho porque estoy alegre. Después de casi 60 años, los Bongos están fuera del poder”, dijo Jules Lebigui, un desempleado de 27 años que se unió a la multitud en las calles de Libreville.
En una declaración posterior, los militares anunciaron que habían detenido a Bongo, quien tomó el relevo en 2009 de su padre Omar, que había gobernado desde 1967. Afirmaron que habían arrestado al hijo del presidente, Noureddin Bongo Valentin, y a otras personas por corrupción y traición.
Los opositores afirman que la familia ha hecho poco por compartir la riqueza petrolera y minera del Estado con sus 2,3 millones de habitantes. Tras la controvertida victoria electoral de Bongo en 2016 estallaron violentos disturbios y en 2019 se frustró un intento de golpe de Estado.
Si tiene éxito, el golpe de Gabón sería el octavo en África Occidental y Central desde 2020. El último, en Níger, se produjo en julio. Los oficiales militares también han tomado el poder en Malí, Guinea, Burkina Faso y Chad, borrando los avances democráticos desde la década de 1990.
Los militares de Gabón, que se han autodenominado como Comité de Transición y Restauración de las Instituciones, afirmaron que el país se enfrentaba a “una grave crisis institucional, política, económica y social”. Afirmaron que la votación del 26 de agosto no fue creíble.
No estaba claro quién lideraba el golpe, pero las imágenes de televisión mostraban a un hombre en uniforme de faena y boina verde sostenido en alto por soldados que gritaban “Oligui presidente”, una posible referencia a Brice Oligui Nguema, jefe de la Guardia Republicana de Gabón.
A pesar del breve sonido de disparos en la capital poco después de que los oficiales hicieran su primer anuncio, las calles de Libreville se mantuvieron en calma hasta que estallaron las celebraciones. Los agentes de policía se desplegaron para vigilar los principales cruces de la ciudad.
No hubo comentarios inmediatos del Gobierno de Gabón.