La canciller alemana, Angela Merkel, propuso hoy a la actual jefa de gobierno del estado regional de Sarre, Annegret Kramp-Karrenbauer, como nueva secretaria general de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), hecho que pavimenta aún más la ruta hacia el poder de esta dirigenta de 55 años.
Merkel dijo que su propuesta encontró "gran respaldo en la cúpula del partido", por lo que Kramp-Karrenbauer, conocida como AKK, debería suceder a Peter Tauber durante el congreso extraordinario de la CDU, el 26 de febrero.
Tauber, que abandonará su cargo por motivos de salud, tuvo una postura crítica hacia el partido tras los malos resultados en las últimas elecciones legislativas y deja su lugar a quien es conocida como "la Merkel de Sarre" o "mini Merkel" por su proximidad ideológica y de carácter con la canciller.
Los medios alemanes sostienen que Merkel empieza a preparar su sucesión con la que muchos ven como su heredera.
"Merkel y Kramp-Karrenbauer enviaron la primera señal clara en el debate sobre la sucesión" de Merkel como máximo dentro de cuatro años, comentó hoy el diario Süddeutsche Zeitung.
A sus 55 años, AKK fue una de las grandes defensoras dentro del partido de la política de puertas abiertas a los refugiados que lideró Merkel en 2015, ante la tragedia humanitaria que se vivía en Hungría, y que facilitó la llegada a Alemania de cientos de miles de solicitantes de asilo.
Según la agencia EFE, su designación para ocupar el segundo puesto de la CDU es interpretada como una señal de que Merkel piensa continuar el proceso que ha llevado a la CDU a girar hacia el centro desde que llegó a la presidencia del partido hace 19 años. Eso en desmedro de que algunos analistas no descartaban que Merkel diera la secretaría general a uno de sus críticos para tratar de tender puentes tras el descontento que han expresado sectores conservadores de la CDU por las concesiones hechas a los socialdemócratas en el acuerdo de coalición.
"Nos conocemos y sabemos que podemos confiar la una en la otra", dijo Merkel, aunque reconoció que cada una tiene "su propia cabeza".
La figura de AKK comenzó a ganar fuerza en las elecciones regionales de marzo de 2017, cuando los conservadores vencieron en la región de Sarre tras imponerse a los socialdemócratas, pese a la popularidad que tenía el presidente de la SPD, Martin Schulz.
Aunque no es muy conocida a nivel federal y no tiene experiencia ministerial, AKK dispone de apoyos firmes dentro de la CDU, donde es "extremadamente popular", indica el semanario alemán Der Spiegel.
Desde el 2011, AKK gobierna el estado de Sarre, en la frontera con Francia y Luxemburgo. Entre sus medidas destaca el tratar de hacer que el francés sea un idioma reconocido en el estado, y su búsqueda por mejorar las relaciones políticas, económicas y culturales con Francia.
Al igual que Merkel, defiende una tendencia centrista para la CDU, frente a las demandas cada vez más importantes para que la formación sea más conservadora y pueda frenar el ascenso de la extrema derecha.
Sin embargo, AKK mantiene una posición más firme que la canciller sobre la cuestión de los migrantes, defendiendo la expulsión de aquellos a los que se desestimó el derecho de asilo o a los que falsificaron su identidad.
"Estamos experimentando una de las fases políticas más difíciles en la historia de Alemania (en la posguerra)", dijo Kramp-Karrenbauer en conferencia de prensa, explicando las razones por las que está dispuesta a dejar la gobernación de su estado para hacerse cargo de los asuntos del partido.