La ministra británica del Interior recibió el martes un diluvio de críticas por decir que los migrantes que cruzan el Canal de la Mancha en frágiles embarcaciones constituyen una “invasión”.
Suella Braverman usó el término el lunes cuando defendía las condiciones en un centro de procesamiento para migrantes recién llegados, donde unas 4.000 personas han sido albergadas en una instalación con capacidad para 1.600.
Los cruces en embarcaciones, dijo la funcionaria, constituyen “la invasión de nuestra costa sur” y “la inmigración ilegal está fuera de control”.
Su subalterno, el ministro de Inmigración, Robert Jenrick, se distanció de los pronunciamientos.
“En un cargo como el mío uno tiene que escoger sus palabras con mucho cuidado”, declaró Jenrick a Sky News. “Y yo nunca demonizaría a gente que viene a está país en busca de una vida mejor”.
El primer ministro Rishi Sunak, quien designó a Braverman cuando asumió la jefatura del gobierno la semana pasada, le dijo a su gabinete que Gran Bretaña “siempre será un país compasivo y amable”, según su vocero.
La cantidad de solicitantes de asilo que llegan en botes a Gran Bretaña ha aumentado gradualmente, y el sistema para considerar pedidos se ha trancado debido a la turbulencia dentro del gobierno conservador, que en lo que va de año ha tenido tres primeros ministros y tres secretarios del Interior.
Manston -antes una base aérea en el sudeste de Inglaterra- está diseñado como un centro de procesamiento temporal donde los migrantes supuestamente no deben pasar más de 24 horas antes de ser llevados a albergues más estables pero, según grupos de refugiados, muchos de los migrantes pasan semanas allí. Algunas familias están durmiendo en carpas y han surgido casos de difteria y sarna.
El director de prisiones Charlie Taylor manifestó que cuando visitó el lugar en días recientes, vio a gente durmiendo en el piso y “muchas, muchas personas en un solo cuarto, apretadas una junto a otra”.
“Por unas horas sería aceptable, pero si se trata de largos períodos del tiempo, no lo es”, declaró Taylor a Sky News.
Los críticos acusan a Braverman de empeorar las condiciones en Manston intencionalmente al negarse a reservar habitaciones de hotel para los solicitantes de asilo.