El nuevo ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, pidió este martes a las autoridades cubanas “la liberación inmediata” de la periodista Camila Acosta, colaboradora del diario madrileño ABC detenida tras las protestas del domingo contra el gobierno del Presidente Miguel Díaz-Canel.

“Defendemos los derechos humanos sin condiciones. Requerimos la liberación inmediata de Camila Acosta”, escribió en su cuenta de Twitter el ministro, quien asumió su cargo este lunes como parte de una amplia remodelación del gobierno español.

“España defiende el derecho a manifestarse libre y pacíficamente y pide a las autoridades cubanas que lo respeten”, dijo también el ministro Albares, reiterando la idea expresada horas antes en un comunicado de su ministerio.

Camila Acosta, cubana y de 28 años de edad, fue detenida el lunes, indicó a AFP Alexis Rodríguez, redactor jefe de internacional del diario ABC.

Acosta llevaba unos seis meses colaborando con el rotativo español, y también trabajaba para la web opositora Cubanet, que indicó que la reportera fue detenida poco después de salir de su vivienda, “cuando se disponía a realizar gestiones personales”.

Cubanet añadió que Acosta estuvo cubriendo el domingo las manifestaciones populares ocurridas en La Habana contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel.

“El pueblo cubano ha gritado bien alto que perdió el miedo. Es momento de presionarlos para que abandonen el poder. Si cedemos ahora, tendremos muchos más años de dictadura”, escribió Camila Acosta en el último mensaje que aparece en su hilo de Twitter.

Alexis Rodríguez explicó que el director de ABC llamó la mañana de este martes al ministerio español de Asuntos Exteriores, y que durante el día trataría de hablar con el embajador español en La Habana “para que intente hacer algo por ella y liberarla”.

El domingo, miles de cubanos salieron a las calles en decenas de ciudades del país al grito de “tenemos hambre”, “libertad” y “abajo la dictadura”, para protestar por la crisis económica, la escasez de alimentos y medicinas, y los cortes de electricidad.

El recrudecimiento del embargo estadounidense, en vigor desde 1962, y la ausencia de turistas a causa de la pandemia han desatado en la Isla una profunda crisis económica y un malestar social creciente.