Minneapolis se prepara este jueves para despedir a George Floyd, un ciudadano afroamericanos cuya muerte a manos de un policía blanco el 25 de mayo generó un movimiento de protestas no visto en décadas en Estados Unidos.

La ola de protestas -que se produce a cinco meses de las elecciones y en medio de la pandemia de coronavirus- se intensificó el lunes cuando el Presidente Donald Trump amenazó con movilizar al ejército para restaurar el orden después de que protestas derivaran en disturbios nocturnos en algunas ciudades.

Los desórdenes obligaron a muchas ciudades de declarar toque de queda y a nivel nacional han sido detenidas 10 mil personas, según medios locales, pero no hay balance de heridos o de muertos ya que algunos incidentes al margen de las protestas todavía están siendo investigados.

El homenaje a Floyd en su ciudad de acogida estará a cargo del activista por los derechos civiles Al Sharpton.

El video que muestra al ahora exoficial Derek Chauvin inmovilizando a Floyd presionando su rodilla contra su cuello durante nueve minutos desató una indignación no vista desde el asesinato en 1968 del activista negro Martin Luther King Jr.

El miércoles, los fiscales que llevan el caso en Minnesota endurecieron los cargos contra Chauvin, que la semana pasada fue acusado de homicidio involuntario.

Ahora será procesado además por homicidio sin premeditación, un cargo que se sumó a los existentes y que conlleva penas más severas.

De ser condenado podría ser sentenciado hasta cuatro décadas de cárcel, aunque en Estados Unidos son pocos los casos de condena contra policías.

Además el fiscal imputará a los otros tres policías que estaban en el lugar -Tou Thao (34), J. Alexander Kueng (26) y Thomas Lane (37), ya detenidos- por ayudar e instigar homicidio.

“Agridulce”

Sharpton, que está a cargo de la elegía para Floyd, se reunió con la familia del fallecido el miércoles.

"Mañana vamos a exponer cómo nos movilizaremos a nivel nacional en el nombre de George Floyd, Ahmaud Arbery, Breonna Taylor y otros", dijo el activista. Arbery falleció en febrero tras recibir disparos de habitantes blancos del barrio donde había salido a correr, en Georgia; Taylor, una mujer negra, murió tras recibir un disparo cuando la policía entró en su casa en marzo en Kentucky.

El caso de Floyd revivió heridas y miedos sobre el racismo y la violencia policial en Estados Unidos, que dio pie al nacimiento del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) en 2013.

La familia de Floyd agradeció las movilizaciones en un comunicado e indicó que los arrestos de los agentes que estaban libres y los nuevos cargos imputados constituyen un momento “agridulce” y un “significativo paso en el camino hacia la justicia”.

Pese a que una de las demandas de los manifestantes se cumplió las movilizaciones siguieron en la noche del miércoles para demandar cambios más profundos.

En Washington una multitud se apostó en las cercanías de la Casa Blanca, desafiando el toque de queda impuesto desde las 23.00 hora local. Cientos de manifestantes retaron la prohibición y marcharon en el Capitolio para luego unirse a los manifestantes de la Casa Blanca, escoltados por un impresionante dispositivo de policías en bicicleta que iban acompañados de servicios del orden diversos como la agencia antidrogas estadounidense DEA.

Miles de personas marcharon por las calles en Hollywood y en Los Ángeles, donde el alcalde Eric Garcetti prometió redirigir 250 millones para la salud y la educación de la comunidad afroamericana.