Mona Khoury-Kassabri, académica de la Universidad Hebrea de Jerusalén: “Tenemos un problema mayor en nuestro sistema educativo y es que debemos invertir más en los estudiantes árabes”

Khoury
Mona Khoury-Kassabri, vicepresidenta de Estrategia y Diversidad de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Es la primera árabe que ocupa el cargo de vicepresidenta de Estrategia y Diversidad en esa casa de estudios. De visita en Chile, Khoury conversó con La Tercera sobre los modelos de integración para distintos grupos que se aplican en su institución.


En abril del año pasado, la académica Mona Khoury-Kassabri fue elegida vicepresidenta de Estrategia y Diversidad de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Se trata de la primera mujer árabe en ocupar el cargo, que tiene como objetivo ampliar las filas del personal académico y del cuerpo estudiantil de la universidad con miembros de comunidades subrepresentadas, incluidos judíos ultraortodoxos, árabes, etíopes y personas con discapacidades.

Khoury-Kassabri se encuentra de visita en Chile, invitada por la Universidad Andrés Bello para la inauguración del doctorado en Educación de ese plantel. Además, sostendrá reuniones con la Comisión de Educación del Senado, el Seremi de Ciencias, y parlamentarios.

En conversación con La Tercera, la académica analiza las estrategias de integración implementadas por la Universidad Hebrea de Jerusalén.

¿Qué tipo de iniciativas han llevado adelante para promover la integración?

En Israel tenemos diferentes grupos. La mayoría es población judía, que es casi el 75%. Y en la población judía, tenemos judíos seculares, religiosos y ultra ortodoxos, ellos estudian en instituciones separadas por género. El 21% de la población es árabe palestina en Israel y el 5% pertenece a otros grupos. Debido a que el sistema educativo en Israel está separado por etnias, los árabes estudian en escuelas árabes, los judíos estudian en escuelas judías y también los ultraortodoxos estudian en escuelas separadas, lo que estamos haciendo, por primera vez, es que estos grupos se encuentran en la universidad. Lo que tratamos de hacer es traer más y más a la academia a estos grupos subrepresentados, porque generalmente muchos de estos estudiantes son primera generación en la educación. Y, ya sabes, tienen muchos desafíos académicos y dificultades financieras. Así que también queremos ayudarlos a venir a la universidad. Y lo segundo, queremos que se integren entre sí. Lo que tratamos de hacer es dejar que se reúnan y que tengan alguna experiencia de saber algo, cosas sobre los demás. Tenemos varios proyectos, el principal es la intervención durante las clases. Tenemos miembros de la facultad que se ofrecen como voluntarios para ser parte de nuestro proyecto y reciben capacitación sobre cómo enseñar en un grupo que tiene estudiantes mixtos. Se trata de un grupo heterogéneo y también se busca cómo hacer las tareas, los deberes mediante grupos mixtos. Entonces les piden a los estudiantes de diferentes orígenes que hagan las tareas juntos y también los apoyamos al tener más maestros en las clases que pertenecen a estas minorías. Entonces los estudiantes de estas minorías se sienten más cómodos para preguntar y expresarse. Así que esta es una parte en la que tenemos otros grupos diferentes, como un intercambio de idiomas entre estudiantes judíos y árabes. Los estudiantes árabes enseñan a los estudiantes judíos, los estudiantes árabes y judíos los ayudan con sus tareas académicas en hebreo. Y tenemos otro proyecto que es interreligioso, que es cuando se reúnen estudiantes de diferentes religiones, trasfondos religiosos. Y tenemos grupos multiculturales y tenemos actividades en los dormitorios realizadas por comités formados por grupos mixtos de etnias y nacionalidades. Y estos comités en realidad también incluyen a estudiantes internacionales. Así que tenemos estudiantes de Ghana, India, como parte de los comités.

¿Han tenido éxito estas iniciativas? ¿Cómo han reaccionado los estudiantes?

No hemos medido de forma empírica algunas de las actividades, pero el aumento en la cantidad de estudiantes que quieren participar en ellas es enorme. Al igual que el intercambio de idiomas, tenemos más de 400 estudiantes participando en eso y es muy importante y sabemos que es muy efectivo. Y ahora están haciendo una evaluación sobre eso. Ese estudio sobre la intervención de las clases que estamos llevando a cabo, recién lo comenzamos en el primer semestre, pero la retroalimentación que recibimos de los maestros ha sido muy positiva. Entonces, al menos sabemos que no estamos dañando las relaciones porque sabemos que si no intervienes en muchos casos, la relación empeorará. Así que es mejor hacer algo para lograr el cambio. Y en realidad esta intervención se basa en la investigación. Por lo que sabemos a partir de la investigación, si deseas cambiar las actitudes de las personas entre sí, en el caso de los estudiantes en las universidades, la mejor manera de hacerlo es en clases.

Clases en palestina
Foto: AP

Durante el último tiempo hemos visto un aumento de la tensión entre árabes e israelíes, ¿cómo repercute en las actividades que hacen en la universidad?

Lo que vimos el año pasado cuando hubo tensión, porque sí había tensión, no puedes ignorarlo. Y puedes decir que estos grupos cambiarán la realidad israelí, ya sabes, debes ser realista. Pero sabemos que, por ejemplo, el grupo interreligioso siguió trabajando y continuó discutiendo temas difíciles. El grupo no se separó, tampoco detuvieron sus reuniones. Al contrario, continuaron reuniéndose y continuaron discutiendo. Tenemos tensión en Israel y está el tema político. Y alentamos a la gente a que se expresen. Si queremos tener grupos diversos en la universidad deberíamos darles la oportunidad de expresarse. Por ejemplo, tuvimos una manifestación de estudiantes árabes y estudiantes judíos que protestaron contra algo que estaba pasando en Israel. Y nosotros pensamos que es una actividad positiva cómo los estudiantes se involucran en temas políticos, no queremos evitar que eso ocurra. Pero, ya sabes, a veces esperamos que no escale. Por ejemplo, ambos expresaron sus opiniones. Y creo que a cada lado no le gustó la opinión del otro, pero aun así no escaló y terminó bien, los estudiantes volvieron a clases y les dimos la oportunidad de expresarse.

¿Cómo evalúa la situación entre palestinos e israelíes en este momento?

Estoy preocupada y creo que mucha gente como yo en Israel está preocupada. Los judíos y otras personas están preocupadas de que esto pueda escalar, porque, sabes, estoy hablando de cosas que estamos haciendo en la universidad, pero no estamos haciendo las mismas cosas a nivel país y sabemos que tenemos estos temas políticos que no están resueltos. Esta tensión estallará en algún momento. Simplemente no tratamos de resolverlo a nivel de país. Entonces hay cosas que estamos tratando de hacer a nivel universitario como las que mencioné, pero en la universidad tenemos 25.000 estudiantes y somos nueve millones en el país. Así que esperamos que las cosas que estamos haciendo afecten también la situación fuera de la universidad. Pero aun así, no podemos cambiar todo el país. Intentamos ser parte de ello. Pero si la solución no viene, como saben, a nivel de gobierno, no terminará.

¿Cuán difícil es para un estudiante árabe israelí entrar a la universidad en términos de oportunidades?

Si observa los datos, hemos podido aumentar el número de estudiantes árabes también de Jerusalén Este, que es una población que está aún más desfavorecida que la población árabe en general en Israel. Y los números han aumentado dramáticamente. Si hace 10 años los árabes eran el 10%, ahora somos el 17%. Así que es un gran aumento. Tenemos un año preacadémico para estudiantes de Jerusalén Este, que comenzamos hace cinco o seis años con 70 estudiantes, y ahora tenemos 500 estudiantes y el 50% de ellos asisten a la Universidad Hebrea. Pero si miras todo el sistema educativo en Israel, entonces el sistema educativo árabe está mucho más desfavorecido que la población judía. Entonces los estudiantes que tengan buenos exámenes de matricula y que tengan pruebas psicométricas que sean buenas, pueden postular a la universidad. No hay nada que pueda detenerlos. Pero el problema es que si observa la cantidad de estudiantes que completan sus estudios y tienen resultados de matricula que son aptos para registrarse en la universidad, la proporción de población árabe es del 35%. Entonces significa que nosotros, las instituciones de educación superior, estamos matriculando solo a este número, que es muy pequeño, ya que el 65% de la población árabe restante no es apta para postular a la universidad. Entonces, las universidades están abriendo las puertas y aceptando estudiantes. Pero tenemos un problema mayor en nuestro sistema educativo, debemos invertir más y más en los estudiantes árabes.

En la educación primaria…

Se necesita más fondos para las escuelas árabes, clases más pequeñas, más apoyo para los profesores, ayuda para las escuelas, y toda esta formación para los profesores. Hay muchas cosas que faltan en las escuelas. Sabemos que hay menos escuelas en Jerusalén Este por número de estudiantes. Entonces, hay muchas cosas para invertir en el sistema de educación primaria o en el sistema de educación escolar, antes de venir a la universidad, porque somos como el paso previo para todo lo que viene después. Así que si has ido a una buena escuela y tienes buenas notas, serás aceptado en la universidad. Pero lo que me preocupa es el 65% que ni siquiera puede registrarse en universidades y colegios.

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