“A veces hacemos tumbas encima de tumbas”. Así describió Sa’di Baraka su día a día en un cementerio de la Franja de Gaza, donde los cuerpos simplemente no caben. Una situación de la que se hizo eco The Associated Press, agencia de noticias que vio cómo los sepultureros voluntarios del cementerio de Deir al-Balah no tienen dónde enterrar a los muertos. El lugar tiene 70 años de antigüedad. Un cuarto de las tumbas son nuevas.
El relato se condice con un dato dramático. Este jueves, las autoridades sanitarias de Gaza, bajo el control de Hamas, señalaron que ya son más de 40.000 las personas muertas durante la ofensiva israelí en el enclave, iniciada hace más de 10 meses. La cifra no distingue entre milicianos y ciudadanos, pero se estima que gran parte de ellos corresponde a mujeres y niños, detalla la prensa internacional.
Según autoridades de la salud y trabajadores de la defensa civil, el verdadero número de asesinados podría ser varios miles más alto si se incluyen los cadáveres bajo los escombros, que la Organización de Naciones Unidas cifra en cerca de 40 millones de toneladas.
Este jueves, el portavoz militar israelí Daniel Hagari dijo que han “eliminado” a más de 17.000 milicianos palestinos en Gaza desde el inicio de la guerra.
En paralelo a la crisis de muertes en Gaza, está la búsqueda de los secuestrados israelíes en manos de Hamas. Según el medio de investigación Bellingcat, el Ejército israelí ha desenterrado, arado y bombardeado más de 20 cementerios, como se puede ver en imágenes satelitales. Luego, las tropas se llevan los cuerpos a Israel para buscar entre los cadáveres a los rehenes.
El Ejército de Israel dijo a AP que están intentando recuperar cuerpos solo en zonas en que los servicios de inteligencia señalan que pueden estar ubicados, y que los que no corresponden a sus compatriotas, son devueltos “con dignidad y respeto”.
De regreso a los 40.000 muertos, la cifra movilizó al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, a solicitar a Israel que detenga las violaciones a los derechos humanos en el enclave. “Esta situación inimaginable se debe sobre todo al repetido incumplimiento de las normas de la guerra por parte de las fuerzas de defensa israelíes”, planteó en un comunicado.
En tanto, una nueva ronda de negociaciones se desarrolló en Doha, la capital de Qatar, durante la tarde del jueves, pero se espera se extienda al menos hasta este viernes. La instancia no contó con representantes de Hamas, pero no es algo nuevo. De forma simbólica, el grupo islamista que controla la Franja de Gaza nunca se reúne con representantes israelíes en un mismo salón.
De todos modos, a la instancia llegaron representantes enviados por Israel, entre ellos el jefe del servicio de inteligencia interior, detalló la agencia de noticias Reuters, así como los mediadores internacionales. En este último grupo, Estados Unidos y Egipto enviaron a sus jefes de inteligencia, mientras que Qatar estuvo representado por su primer ministro.
Pese a la ausencia de Hamas, “los mediadores cuentan con informar a la milicia palestina a través de sus miembros residentes en la capital qatarí”, detalló la agencia. Además, estos insisten en que los mediadores deben “forzar” a Israel para que se aplique la propuesta realizada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consignó el diario El País.
Dicha propuesta incluye un alto el fuego en tres fases, donde se incluye la entrega de rehenes y el ingreso de ayuda humanitaria al enclave palestino.
Las negociaciones no solo le preocupan a las naciones mediadoras por el impacto directo en la población palestina e israelí. También tienen un ojo en la estabilidad regional. Es más, esta última ronda llegó cuando Irán parecía a punto de tomar represalias contra Israel por el ataque de este último en Teherán, su capital, donde asesinaron al líder de Hamas, Ismail Haniyeh, el pasado 31 de julio.