Un juego, pero también un peligro: la Cámara de Diputados de Brasil aprobó en marzo un proyecto de ley que prohibe la fabricación, comercio y uso de líneas “cortantes” en volantines y cometas, que en portugués se conocen como “pipas”. Sin embargo, la ley aún no avanza en el Senado, y ha dividido opiniones en la Comisión de Deporte.
La propuesta incorpora reglas para el uso de “hilo deportivo” en las competiciones oficiales de volantín, en la que solo podrán participar adultos o adolescentes mayores de 16 años. El hilo cortante, que en Brasil es conocido como “cerol” o “linha chilena” por su origen, es fabricado artesanalmente desde hace décadas en el país.
Normalmente, el hilo se hace con vidrio molido y cola, con el fin de cortar el hilo de un volantín adversario. El problema es que, por este mismo hilo, muchos motociclistas han encontrado la muerte en las carreteras.
De aprobarse el proyecto de ley, las autoridades también tendrán que hacer campañas en medios de comunicación y redes públicas de enseñanza. La idea es educar y concientizar a las personas sobre los riesgos y las consecuencias asociadas al empleo de hilos y materias cortantes en volantines y globos.
Tan común se ha vuelto esta amenaza, que los motociclistas han empezado a poner postes delgados con cuchillas en la parte delantera de sus vehículos, con el fin de cortar los hilos. De hecho, en una de las principales autopistas de Río de Janeiro se reparten gratuitamente estas varas.
Cortes de extremidades o de garganta se han vuelto frecuentes en Brasil, por eso mismo, muchos estados del país han regulado los hilos. El proyecto de ley federal ya fue aprobado en la Cámara Baja, pero se discute ahora en el Senado.
En entrevista con The Associated Press, Ana Carolina Silva da Silveira cuenta de un accidente: iba en la parte trasera de una motocicleta cuando un hilo le cortó el cuello. ”Fui al hospital gritando que no quería morir. Estoy muy contenta de estar viva”, indicó la abogada de 28 años.
No hay datos oficiales sobre el número de lesiones y muertes causadas por los hilos cortantes a nivel nacional. Desde 2019, sin embargo, ha habido más de 2.800 informes de uso ilegal solo en el estado de Río, según el Instituto MovRio.
Las leyes sobre los volantines difieren de un estado a otro de Brasil. Río de Janeiro, por ejemplo, limita el uso legal a unas pocas zonas, conocidas como “cometódromos”, situadas lejos de viviendas, carreteras y autopistas, mientras que otros estados tienen prohibiciones generales.
En el primer semestre, la policía militar de Río de Janeiro detuvo a 10 personas por infringir la ley local sobre volantines, y precisamente en julio, en el mismo estado, se incautaron ocho carretes abandonados de hilo cortante. En la playa Recreio dos Bandeirantes, la práctica de este juego y las luchas entre volantines es altamente popular.
A pesar de estas detenciones, en general no están a la altura de la cantidad de personas que infringe la ley. “A menudo, la policía ni siquiera detiene a los delincuentes. Imagínese a los que vuelan cometas”, dice Carlos Magno, presidente de la asociación de voladores de cometas de Río.