La ola de calor que afecta a España ha sido calificada como “el episodio de calor más extremo de los últimos 20 años”. Fueron cuatro días con temperaturas cercanas a los 44° en algunos puntos del país, la que se espera que disminuya este lunes. Con una máxima registrada de 45,7°, el Instituto de Salud Carlos III confirmó la muerte de 360 personas en los últimos días, incluido un barrendero que falleció por un golpe de calor mientras trabajaba.
Portugal, su vecino del oeste, confirmó a través del Ministerio de Salud la muerte de 659 personas en los últimos siete días, la mayoría ancianos. La máxima registrada fue de 47°, lo que explica la severa sequía que azota al país y los incendios forestales, donde un piloto se estrelló combatiendo el fuego el viernes.
En Francia, más de 14.000 personas han sido evacuadas producto de los incendios que amenazan a la población, con 11.000 hectáreas consumidas por el fuego en el suroeste del país. La preocupación de las autoridades proviene del terrible recuerdo de 2003, donde la ola de calor, sumada a una mala planificación, les costó la vida a cerca de 15.000 personas, la mayoría ancianos.
En Reino Unido, las autoridades emitieron su primera advertencia roja para sectores de Inglaterra, donde se esperan temperaturas cercanas a los 40°, cifra muy superior al récord anterior oficial, cuando los termómetros de Cambridge marcaron 38° en 2019.
El factor común, creen los expertos, sería el cambio climático. Semanas atrás, las olas de calor ya habían golpeado a Italia, Alemania y Grecia, con este último país reportando 71 incendios el domingo. Hungría, Croacia y la isla griega de Creta también lucharon esta semana contra incendios forestales. “Casi todas las olas de calor en todo el mundo se han vuelto más intensas y más probables por el cambio climático”, dijo a Reuters el coautor de un estudio publicado en la revista Environmental Research: Climate, Ben Clarke.
Las temperaturas extremas se mueven de país en país a través de Europa, lo que ha provocado uno de los veranos más secos de los últimos años. El calor sofoca al continente, situación que podría volverse cada vez más regular debido al cambio climático.