El coronavirus ha tenido efectos devastadores para Estados Unidos. No solo porque el martes el país superó el millón de contagiados, sino que ayer también registró más muertos que los que dejó la Guerra de Vietnam, un largo conflicto que le costó la vida a 58.220 soldados estadounidenses, mientras que en menos de cuatro meses el Covid-19 ya ha matado a 59.225 personas en el país. “Estamos peleando una guerra contra un enemigo invisible”, dijo el Presidente, Donald Trump, respecto de la enfermedad.

Con un promedio de dos mil muertos diarios este mes, se estima que el número real de casos es mayor. Así, los funcionarios estatales de salud pública han advertido que con la escasez de personal capacitado y de insumos la capacidad de realizar tests está limitada.

Cerca del 30% de los casos se han registrado en el estado de Nueva York, el epicentro del brote en el país, seguido por Nueva Jersey, Massachusetts, California y Pennsylvania.

Para muchos el hecho de superar la barrera de las bajas durante la Guerra de Vietnam tiene una importancia meramente simbólica. Ya en marzo se había superado la cifra de muertos de la guerra en Afganistán -el conflicto más largo en el que ha participado Estados Unidos- que es de 2.445 y de las personas que fallecieron en los atentados del 11 de septiembre de 2001, alrededor de 3 mil.

Sin embargo, el reporte de muertos por Covid-19 llega en momentos en que muchos estados están reiniciando sus economías al permitir la apertura de negocios e incluso muchos ciudadanos han saludo a las calles, algo que preocupa a los expertos y autoridades de salud, que temen ante un desconfinamiento precipitado.

En este sentido el Instituto de Mediciones y Evaluación Médica de la Universidad de Washington, que ha realizado las proyecciones más conocidas sobre la pandemia, aumentó en un 9,5% su previsión de fallecidos en Estados Unidos. Se estima que para agosto 74 mil personas habrán muerto por el virus. Incluso se señala que los muertos podrían llegar a los 130 mil. El instituto explica que una de las razones es porque muchos estados están experimentando peaks más prolongados y que la cifra de muertos no están cayendo rápidamente.

“Si las personas comienzan a volver a tener una interacción normal o si progresivamente vuelven, el riesgo de transmisión subirá y luego vuelves a una suerte de alza exponencial que estaba ocurriendo antes de decretar la cuarentena”, dijo a la cadena CNN el director del instituto Christopher Murray.

Nuevos planes

A nivel federal se están elaborando nuevas orientaciones y recomendaciones para que se comiencen a retomar las actividades en el país. Por ejemplo, las empresas deberían cerrar las salas de descanso. Los restaurantes deberían considerar menús y platos desechables, y los colegios deberían hacer que los estudiantes coman su almuerzo en las salas.

El borrador de las directrices del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades ha sido enviado a Washington, dice la agencia The Associated Press, pero todavía puede ser revisado antes de que el gobierno de Trump lo presente al público.

Así, se elaboraron unos “árboles de decisión” para por lo menos siete tipos de organizaciones: escuelas, campamentos, guarderías infantiles, instalaciones religiosas, sistemas de transporte colectivo, lugares de trabajo y bares/restaurantes. Serán las autoridades estatales y locales las encargadas de implementar las directrices. Algunos gobiernos estatales y locales ya han estipulado medidas para los negocios. Por ejemplo, Michigan requiere que las empresas limiten la cantidad de clientes pueden estar dentro de una tienda al mismo tiempo.