George Floyd, el ciudadano afroamericano cuya muerte a manos de un policía blanco generó masivas protestas contra la brutalidad policial y el racismo en Estados Unidos y en todo el mundo, fue despedido en un funeral en Houston por su familia y por líderes religiosos y políticos.
Cerca de 500 personas, entre políticos, activistas por los derechos civiles, deportistas y actores, acudieron a la iglesia de Fountain Praise que recibió el ataúd dorado para la última ceremonia pública de despedida de Floyd.
La familia de Floyd, que decidió vestir de blanco para la ceremonia, entró a la iglesia con mascarillas y escoltada por el reverendo Al Sharpton, un activista por los derechos civiles quien estuvo a cargo del principal discurso religioso del homenaje. La sobrina de Floyd, Brooke Williams, dijo, en una elegía que provocó aplausos en la iglesia: “puedo respirar, y mientras respire se hará justicia”. Joe Biden, candidato presidencial demócrata, habló en una grabación de video. “¿Por qué en este país demasiados negros americanos se despiertan sabiendo que podrían perder su vida por solo vivir?”, dijo.
La ceremonia fue mucho más que un simple funeral. La iglesia se llenó con los sonidos de conmovedoras canciones y videos de recuerdos compartidos sobre la vida del hombre conocido como “Big Floyd”. Las ceremonias fúnebres de Floyd, que falleció el 25 de mayo, se iniciaron el jueves. Así, los restos de Floyd fueron trasladados hasta un cementerio en el sur de Houston, en el estado de Texas.