Diplomático poco conocido, Mustafa Adib, designado este lunes nuevo primer ministro de Líbano, enfrenta el titánico desafío de encarnar el cambio tras ser elegido por una clase dominante hostigada desde hace meses en las calles.
Embajador de Líbano en Alemania desde 2013, su nombre recién fue manejado el domingo para reemplazar a Hasan Diab, cuyo gobierno renunció tras la mortífera explosión del 4 de agosto en el puerto de Beirut.
Adib se comprometió desde su designación a formar un equipo ministerial integrado por “expertos” y personas “competentes”, capaces de encarar las reformas tan esperadas.
De esta manera, mencionó la “necesidad de formar un gobierno en tiempo récord y comenzar a poner en marcha reformas, teniendo como punto de partida un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, en un país en pleno naufragio económico.
Casado con una francesa y padre de cinco hijos, este hombre que el domingo festejó sus 48 años, nació en la ciudad de Trípoli (norte del Líbano). Es musulmán sunita, en un país donde el poder se basa en un consenso intercomunitario.
De acuerdo a la Constitución, el cargo de jefe de gobierno corresponde a la comunidad sunita.
En el sitio web de la embajada del Líbano en Berlín, Adib aparece como profesor universitario, doctorado en Ciencias Políticas. Ha realizado “investigaciones en las áreas de seguridad (...) descentralización y democracia local, así como sobre leyes electorales”.
“En su desempeño profesional y personal, siempre ha sido un universitario aplicado, con un temperamento calmo, educado y diplomático”, señaló un amigo cercano a Adib, bajo condición del anonimato.
Uno de sus exalumnos, Mohamad Dheiby, lo describe como un profesor “tímido”.
Desde 2000 a 2004, fue asesor de Najib Mikati, un multimillonario y ex primer ministro, originario de Trípoli como él.
Su designación fue impulsada por un grupo de ex primeros ministros, incluidos Saad Hariri, Fuad Siniora y Mikati, después de que el poderoso movimiento chiita Hezbolá y sus aliados políticos vetaran a otros dos candidatos.
“Un nuevo Hasan Diab”
Los grupos del movimiento de protesta lanzado en octubre pasado exigiendo la partida de toda la clase dominante, considerada corrupta e incompetente, rechazaron la designación de Adib, inclusive antes de que fuera confirmada.
En las redes sociales, los activistas enseguida compararon a Adib con Diab, quien en enero prometió sin ningún éxito gestionar un primer gobierno integrado por tecnócratas independientes de los partidos tradicionales que han gobernado al país.
“Mustafa Adib es un nuevo Hasan Diab, la diferencia es que cuenta con el apoyo de la Corriente del Futuro”, tuiteó Mohamad Chamieh, haciendo referencia a la formación política del ex primer ministro Saad Hariri, quien tiene la mayor parte de los escaños sunitas en el hemiciclo.
En la página de Facebook Lebanon rise up-Germany, los activistas libaneses residentes en Alemania señalaron a Adib como un producto del pasado, que no puede encarnar el cambio.
“No vemos el menor cambio para mejor en el nombramiento del embajador Mustafa Adib, puesto que está sometido al sistema de cuotas en vigor en Líbano”, indicó el grupo en un comunicado, refiriéndose al poder compartido por las distintas comunidades.
El grupo recordó que no se trata de un diplomático de carrera y que debe su nombramiento en Berlín a Mikati, conforme al sistema de cuotas comunitarias vigente.