Como parte de un plan gubernamental para enfrentar la peor sequía de los últimos 100 años, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Namibia, país del sur de África, planea sacrificar a más de 700 animales salvajes para entregar su carne a la hambrienta población. La lista incluye a 83 elefantes, 30 hipopótamos, 300 cebras, 60 búfalos, 100 ñus, 50 antílopes impala y 100 antílopes eland, según informó esta semana el Ministerio de Medio Ambiente, Silvicultura y Turismo.
Mediante un comunicado de prensa, las autoridades de la nación africana explicaron que debieron tomar esta decisión extrema para el “beneficio de los ciudadanos de Namibia”, plantearon el lunes.
La cartera de Medio Ambiente también especificó que los animales “proceden de parques nacionales y zonas comunales con cotos de caza sostenible”. Del mismo modo, agregaron que les “alegra poder ayudar al país en estos momentos tan difíciles y cuando es absolutamente necesario”.
Para este jueves, cazadores profesionales ya habían sacrificado a más de 157 de los 723 animales, cuya carne luego será distribuida entre la población humana, consignó Radio Francia Internacional (RFI) Con esa cifra de animales cazados, se logró un rendimiento de más de 56.800 kilogramos de carne, añadió el medio europeo. Por otro lado, las autoridades locales aseguran que, además de ayudar a contener la hambruna, la medida reducirá el impacto negativo de la sequía entre los propios animales, quienes compiten por reducidas áreas de pastoreo y reservas de agua.
“Con la grave situación de sequía que sufre el país, se prevé que los conflictos aumenten si no se interviene”, añadieron las autoridades del país.
Este viernes, un portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, describió la situación en el país como una “crisis humanitaria de la que nunca hemos hablado mucho”, dijo en una conferencia de prensa citada por Al Jazeera.
Namibia no es el primer país que toma una medida de esta naturaleza. En Australia, por ejemplo, distintos gobiernos han autorizado la caza de miles de canguros a lo largo de los años, citando la falta de recursos naturales como de alimentación, para poder sustentar una población que sobrepasaba las capacidades que entrega la isla.
En esa misma línea, la ONU ha advertido recientemente que el 84% de las reservas de alimento de Namibia se han agotado como efecto de la sequía que afecta al país africano. Mientras la producción de cereales del país del sur de África disminuyó en un 53%, los niveles de agua en las represas cayeron en casi un 70%, aseguró el citado ente.
La proyección, en tanto, no es esperanzadora: cerca de la mitad de los 2,5 millones de habitantes del país, es decir, unos 1,2 millones de personas, experimentarán altos niveles de inseguridad alimentaria durante la peor temporada de escasez, esto es entre julio y septiembre, añadió el organismo internacional. Desde el 22 de mayo del presente año que las autoridades namibias declararon el estado de emergencia nacional debido a la sequía.
La sequía que llevó al país a tomar la decisión de sacrificar más de 700 animales salvajes inició en octubre de 2023. Si bien la región es propensa a la escasez de lluvias, la presencia del fenómeno de El Niño ha llevado la situación al extremo actual. En febrero, mes en que normalmente el país recibe la mayor cantidad de agua en forma de lluvia durante el año, cayó menos del 20% de las precipitaciones necesarias, explicaron científicos a Al Jazeera.
El problema no solo afecta a Namibia. Por ejemplo, el parque nacional más grande de Zimbabue vio, a fines del año pasado, la muerte de al menos 100 elefantes por efectos de la sequía, reportó la agencia de noticias The Associated Press. Su presidente, Emmerson Mnangagwa, declaró en abril el estado de desastre nacional debido a la falta de agua. Namibia, junto a Zimbabue, Zambia, Botswana y Angola, son cinco países que forman parte de un área de conservación de elefantes que alberga a más de 200.000 de ellos.