"Desde niño leí bastante de su vida (Mao Zedong, fundador de la República Popular China), y también el Libro Rojo. (Siento) mucho respeto y admiración" por el pueblo chino, dijo el Presidente boliviano Evo Morales a su homólogo chino, Xi Jinping, el pasado 19 de junio, en su cuarta visita a Beijing. En esa oportunidad ambos países firmaron un pacto que los convirtió en socios estratégicos.

La estrecha relación forjada por Bolivia y China en los últimos años quedó de manifiesto el miércoles, luego que un consorcio chino y la compañía estatal boliviana Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) acordaran una sociedad para industrializar el litio en dos salares del altiplano que cuenta con una inversión de US$ 2.390 millones. Lo que no es coincidencia ya que China es el mayor productor de vehículos y consumidor de litio del mundo, mientras Bolivia asegura tener las mayores reservas de este mineral.

Según declaraciones del embajador de China en Bolivia, Liang Yu, al diario La Razón, las empresas chinas estarían ejecutando proyectos por un valor de US$ 7.000 millones en el vecino país. A esto se suman varios préstamos que Beijing ha autorizado en los últimos años, que convierten al gigante asiático en el mayor acreedor de Bolivia, con US$ 712 millones, de acuerdo con el Banco Central boliviano.

Por ejemplo, tres meses después de anunciar en 2010 la creación de la Agencia Espacial Boliviana, Morales firmó un acuerdo con China para adquirir un satélite de telecomunicaciones por US$ 300 millones, el Tupac Katari, que fue lanzado en 2014.

"Desde la llegada de Morales (al poder) la injerencia china ha aumentado muchísimo justamente por el criterio ideológico del Presidente, que ha virado de tener una relación más estrecha con Europa y EE.UU. a una con China. A los chinos les interesan las relaciones económicas, el flujo de comercio y créditos que los favorecen", dijo a La Tercera el politólogo y docente boliviano Marcelo Arequipa.

Regalos militares

El tema militar también ha marcado la relación bilateral. En julio pasado, China donó 10 vehículos de transporte personal, 536 visores nocturnos, cuatro purificadores de agua, 10 cisternas de agua para uso militar y apoyos en rescate.

Pero no ha sido la única ayuda. En 2016, China ya había regalado a Bolivia 31 blindados 4x4, valorados en US$ 8 millones. Y en 2009 Evo compró a Beijing aviones Hongdu K-8W Karakorum por US$ 58 millones para la Fuerza Aérea, a los que en 2012 sumó helicópteros Harbin Z-9, por US$ 108 millones.

"Viendo el caso boliviano, evidenciamos que se mantiene la tendencia del accionar chino en la región: únicamente están interesados en nuestras materias primas, y a la vez nos venden productos terminados", comentó a La Tercera Daniel Agramont, autor del libro "El Desembarco chino en América Latina y su manifestación en Bolivia".