El Gobierno de Nicaragua informó el miércoles de la liberación de doce sacerdotes que permanecían presos en varias cárceles nicaragüenses tras un acuerdo con el Vaticano.
Según un comunicado recogido por medios locales, Managua, tras “sostener fructíferas conversaciones con la Santa Sede”, ha “logrado” un acuerdo “para el desplazamiento hacia el Vaticano de los doce sacerdotes que por distintas causas fueron procesados y que han viajado hacia Roma esta tarde”.
El Ejecutivo liderado por Daniel Ortega y Rosario Murillo ha asegurado que “no ha agotado recursos para asegurar y defender la paz que tanto atesoramos las familias nicaragüenses”. Asimismo, el breve comunicado apunta a que el acuerdo “representa la voluntad y el compromiso permanentes de encontrar soluciones”.
Entre el listado que presenta el Gobierno nicaragüense, sin embargo, no se encuentra el obispo Rolando Álvarez, que se habría negado a ser desterrado de Nicaragua, según una fuente cercana a la Conferencia Episcopal de Nicaragua consultada por el periódico ‘La Prensa’. El obispo cumplió recientemente un año entre rejas, después de ser condenado a 26 años de cárcel por traición.
En los últimos meses, el Gobierno de Daniel Ortega ha privado de nacionalidad a disidentes, ha expulsado del país a embajadores y ha clausurado miles de ONG nacionales e internacionales, así como medios de comunicación y organizaciones religiosas.
Ortega ha criticado en numerosas ocasiones a la Iglesia Católica, a la que ha calificado de “dictadura perfecta” y de “usar” a sus obispos para “dar un golpe de Estado” en el país centroamericano, asegurando que algunos sacerdotes hicieron llamados al derramamiento de sangre durante la ola de protestas contra el Gobierno en 2018, que se saldó con la muerte de más de 300 personas.