Desde su cuarto en el Hospital Militar de Bogotá, Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años, continúa su recuperación junto con sus hermanos Soleiny (9), Tien (5) y Cristin (1). Tras permanecer 39 días perdidos en la selva, luego de sobrevivir a un accidente aéreo –el 1 de mayo pasado–, los niños colombianos reciben atención médica y psicológica, además de visitas de parte de los indígenas y comandos del Ejército que participaron en su búsqueda. Pero a la par de su tratamiento, se siguen conociendo más detalles del “milagro” en la selva, como también de denuncias en el seno de su familia.

La mayor de los cuatro niños indígenas que estuvieron desaparecidos durante más de cinco semanas en la selva del sur de Colombia tras un accidente aéreo fue quien rescató a su pequeña hermana menor de entre los escombros, dijo el lunes su abuelo. Los menores, de entre uno y 13 años, sobrevivieron al siniestro en el que fallecieron su madre y otros dos adultos y fueron encontrados el viernes en el departamento de Caquetá.

Según el diario The Guardian, cuando un equipo de búsqueda encontró a los niños demacrados el viernes, lo primero que dijo Tien, de cinco años, fue: “Mi madre está muerta”. En tanto, las primeras palabras de Lesly, la hija mayor, a quien se le atribuye haber mantenido con vida al grupo durante su calvario, fueron: “Tengo hambre”.

La hermana mayor, Lesly, cuyo heroísmo ha sido considerado crucial por las autoridades para la supervivencia de los niños, sacó a la menor, Cristin, del pequeño avión, dijo el abuelo Narciso Mucutuy en videos publicados por el Ministerio de Defensa. “Cuando ella miró que ya la mamá estaba muerta, miró las paticas de la hermanita pequeñita entre el montón que estaban los tres muertos allí, ella la jaló y la sacó”, dijo Mucutuy en el hospital militar de Bogotá, en donde reciben atención los niños.

Soldados de la Fuerza Aérea colombiana brindan atención médica dentro de un avión a los niños sobrevivientes, mientras son trasladados a Bogotá por vía aérea en San José del Guaviare, el 9 de junio de 2023. Foto: Reuters

Así, Mucutuy desmintió la versión inicial entregada por el padre de los menores, Manuel Roque, quien dijo que Magdalena Mucutuy habría durado cuatro días viva tras el accidente. “La niña me aclara que la mamá estuvo cuatro días viva. Antes de morir, la mamá les dice, tal vez, váyanse y ustedes se darán cuenta quién es su papá y como es ese amor de papá”, señaló el progenitor de los niños en medio de una conferencia de prensa la mañana del domingo, citando lo que había podido hablar con Lesly, su hija mayor.

“Eso es mentira, porque la misma niña dice que los tres (adultos) ahí mismo, cuando cayó la avioneta quedaron muertos. Si la persona que dijo que mi hija Magdalena quedó viva tres o cuatro días eso es mentira, porque en ese momento quién los miró para decir que está viva, eso es mentira”, relató Narciso en entrevista exclusiva con Vicky Dávila de la revista Semana.

Asimismo, el abuelo contó que los menores estuvieron cuatro días esperando al lado de la avioneta para ver si alguien llegaba a recogerlos. Como pensaron que nadie vendría, empezaron a caminar selva adentro en busca de una quebrada para tratar de llegar así a un río que los pudiera sacar de la selva. “Pero como el monte ese, o sea donde llegó la avioneta era grandísimo, un monte virgen, no se ve techos, ni casas, ni nada”, agregó.

Durante el tiempo en el que estuvieron esperando al lado de la aeronave, los menores se alimentaron de “fiambre, tres libras de marinitas, polvo de yuca, eso comían ellos ahí. A lo que ellos terminaron eso, porque ya no llegaron por ellos, entonces comenzaron a andar buscando pepas, o sea frutas silvestres”, dijo Narciso.

El rescatista indígena Henry Guerrero relató al diario El Tiempo que los niños sobrevivieron consumiendo una fruta conocida como juan soco; y a otra de una planta amazónica conocida como milpesos. También dijo que encontraron uno de los 100 kit que lanzaron las Fuerzas Militares, y que les duró 15 días.

Soldados de la Fuerza Aérea colombiana y empleados del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar brindan atención médica dentro de un avión a los niños rescatados, mientras son trasladados a Bogotá en San José del Guaviare, el 9 de junio de 2023. Foto: Reuters

Respecto a los animales que pudieran amenazar la seguridad de los niños, el abuelo contó a Semana que “mi nieta dijo que en ningún momento ellos miraron serpientes, tigres, ni osos, nada, nada. Lo que la niña decía era que no sentía miedo de nada, estaba era perdida de pensamiento por el susto que se pegó. Ella pensaba era en llegar, en salir”.

Narciso elogió la labor de Lesly de salvar a sus hermanitos, al tiempo que comentó acerca de la educación que reciben los menores de la comunidad indígena muinane, fundamental para que los hermanos Mucutuy sobrevivieran en las difíciles condiciones de la selva tras el accidente aéreo. “Es una niña muy berraca, nosotros los indígenas desde los tres años ya empezamos a enseñar poquito a poquito, cuando ya tienen cinco años nosotros los sacamos a la selva, los llevamos en un potrillo, acá se dice lancha”, señaló.

Y añadió: “Los llevamos por el río enseñándolos a pescar, por el monte enseñamos a comer frutas, qué fruta se come, qué fruta no se come, hay frutas venenosas. Lo mismo, les enseñamos cuándo se saca la piña; cuándo está madura, cuándo está verde, cuándo es astillosa, cuándo puede chuparse, todo eso les enseñamos”.

También explicó que a los niños se les enseña cómo elaborar un refugio para dormir en la selva. “Nosotros les enseñamos cómo se hace un rancho, cómo se tiende para sentarse, acostarse, todo eso. Entonces ella tenía ya todo ese conocimiento. Entonces, asimismo, ella iba, así como lo miraron en el noticiero, eso era lo que ella hacía: los ranchitos y tendía hojitas por debajo y se acostaban a dormir”.

Fueron esos conocimientos los que Lesly aplicó para cuidar a su pequeña hermana Cristin. “Mientras que el tetero estaba con la leche que la mamá había traído para dar de comer en el viaje, ella le dio, ella calculaba darle de a poquitos, pero cuando ya se acabó ella cogía el tetero y buscaba agua y le echaba en el tetero y le daba pura agua, sin dulce, sin nada, pura agua, y cuando ya se le cayó el tetero, ella hacía una copita con hojas de árbol, rompía la puntica y le daba agua”, relató.

Según Henry Guerrero, rescatista del equipo de indígenas que participaron en la búsqueda, Lesly cumplió un papel fundamental a la hora de proteger a sus hermanos. “La mayor fue muy inteligente, me di cuenta cuando revisamos lo que había llevado” en el maletín desde que abandonaron el avión, explicó. La niña transportó con ella fariña (harina de yuca), toalla, una linterna que se quedó sin pilas, dos celulares “con los que creo que se distraían de noche”, una cajita musical, una botellita de gaseosa y ropa.

Manuel Ranoque, padre de los niños sobrevivientes de un avión Cessna 206, que se estrelló en la espesa selva, habla con los medios, cerca del hospital militar donde están hospitalizados, en Bogotá, el 11 de junio de 2023. Foto: Reuters

Al principio permanecieron cerca de los restos de la aeronave, comiendo un poco de fariña que había a bordo, relató el general Pedro Sánchez, el militar a cargo del operativo de búsqueda. Luego “se les fueron acabando esos insumos” y decidieron buscar un camino para salir de la selva. En la travesía se alimentaron con “chontaduro y mango silvestre (...) frutos propios allá de la selva”, agregó Sánchez quien calificó su supervivencia como “milagro”.

Narciso también relató que los niños pasaron algún tiempo con uno de los perros de rescate militares enviados a buscarlos. El animal, llamado Wilson, sigue desaparecido y actualmente se lleva a cabo una operación para encontrarlo. “La niña me dijo que unos días sí andaba con ellos, pero que después se desapareció y nunca volvió más el perrito”, señaló. “Él iba por donde ellos iban y regresaba a avisarle al ejército o a alguien. Como él no podía hablar, pues no le entendían. Él desaparecía y a la media hora o dos horas volvía, y a la media hora volvía y desaparecía y después ya el perrito ‘Wilson’ ya no volvió; tal vez porque los dueños no le entendieron lo que él estaba hablando”, añadió.

Recuperación y polémica con el padre

Los niños se están recuperando satisfactoriamente, precisó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (CIBF), y han podido ver a algunos miembros de la familia, así como dibujar y hablar. “Los niños están bien, están estables de salud y siguiendo su tratamiento médico”, comentó Adriana Velásquez, del organismo en un video publicado en Twitter.

La directora del CIBF, Astrid Cáceres, reveló detalles del estado de salud de los cuatro menores rescatados el pasado viernes en la selva del Guaviare y anunció que los niños estarán a cargo de esa entidad mientras se solucionan los problemas con sus familias. Cáceres, confirmó a El Tiempo que dos de las niñas rescatadas tienen un cuadro de fiebre que es atendido en el Hospital Militar. Además, precisó que Cristin Neruman, la bebé de un año, es monitoreada en cuidados intermedios, no por una situación grave, sino por ser la más pequeña.

“Han disminuido los niveles de ansiedad y miedo con los que llegaron”, señala el parte médico al que tuvo acceso Semana. Sobre un posible cuadro de fiebre en alguno de los niños, una fuente médica del hospital explicó que al bajarse los niveles líquidos es posible que se presente un aumento de temperatura, pero que no significa que su situación de salud se vea comprometida. “Ellos están muy bien en este momento”, agregó.

Asimismo, Cáceres informó que los menores están siendo atendidos física y emocionalmente, pero reiteró que lo más importante es su salud, no solo la física sino también la emocional, aunque aseguró que “han ido recuperándose poco a poco”, según consigna el diario El Colombiano.

Narciso Mucutuy, el abuelo de los cuatro niños indígenas rescatados, habla con los medios desde la entrada del hospital militar donde se encuentran internados, en Bogotá, el 11 de junio de 2023. Foto: AP

“La bebé está en cuidados intermedios para poder monitorearla, por lo que es la más pequeña”, indicó sobre la menor de los hermanos, que cumplió un año mientras estaban en la selva perdidos.

La funcionaria aclaró que los niños están con una defensora del ICBF que “acompaña a la familia y ha organizado turnos de acompañamiento”, relató. Entre tanto, en medio del restablecimiento de derechos, esa entidad llamará a declarar a uno de sus familiares en medio de una indagación que adelanta por posible maltrato y abuso por parte de su padre.

“Puedo asegurarle que yo no tengo nada que ver con ningún maltrato familiar. Esas son patadas de ahogado porque quieren quitarme a mis hijos y apoderarse de ellos. Las personas que están hablando así ni siquiera estuvieron conmigo buscando a los niños mientras yo estaba mal”, dijo Manuel Ranoque a El Tiempo, al asegurar que, supuestamente, las denuncias de abuso no tienen validez y ya habrían sido desmentidas por la propia menor.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, saluda a una enfermera que atiende a uno de los cuatro niños indígenas que sobrevivieron a un accidente aéreo, en un hospital militar en Bogotá, el 10 de junio de 2023. Foto: AP

El viernes, horas después del anuncio de su hallazgo, la abuela materna, Fátima Valencia, pidió ante los medios la custodia de los niños, algo que también ha pedido su padre, señala El Colombiano. De ahí que Manuel Ranoque, el padre biológico de los dos niños menores y padrastro de los dos mayores, hubiese contado este domingo que el Presidente Gustavo Petro no ha querido hablar con él.

“Él no me dio la oportunidad de hablar con él porque se puso a creerle a las personas que estuvieron en la búsqueda. No sé por qué me ignora como padre, sabiendo que llevo 40 días de estar sufriendo, no entiendo la verdad”, dijo el padre.

En entrevista con El Tiempo, Ranoque señaló a los abuelos de los niños de querer quedarse con ellos para obtener beneficios económicos. “Ellos quieren llevarse a los niños, para por medio de ellos estar pidiendo recursos, estar haciendo desorden. Porque eso es lo único que saben hacer”, le dijo Ranoque al diario bogotano refiriéndose a la familia Mucutuy.