La canciller de Alemania, Angela Merkel, pidió este sábado el voto para el candidato de la alianza conservadora entre la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), Armin Laschet, y recalcó que “no da igual quién gobierne” en el país europeo.

“De lo que se trata mañana es de que Alemania siga estable”, indicó Merkel durante un acto en Aquisgrán, la ciudad natal de Laschet, de cara a las elecciones de este domingo.

Así, ha manifestado que Laschet no solo dirigió con éxito el estado federado de Renania del Norte-Westfalia como primer ministro regional, sino que también hizo mucho por la unificación de Europa.

Merkel ha subrayado que el estilo de Laschet se caracteriza por “tender puentes” y que a lo largo de su trayectoria política había demostrado que defiende la cohesión y el partido al que ambos pertenecen, la CDU, no sólo teóricamente, “sino con pasión y corazón”.

“Si quieren la estabilidad de Alemania, la CDU/CSU debe de ganar este domingo”, señaló por su parte Laschet, quien advirtió además de que, si los resultados favoreciesen a los socialdemócratas (SPD) y Los Verdes, ambos partidos no dudarían en contar con La Izquierda para formar gobierno, algo que, a su juicio, había que evitar.

Alemania vivirá este domingo unas elecciones inéditas en 16 años, el tiempo que ha estado Merkel al frente del Gobierno. Sin la canciller en las papeletas y con la incertidumbre de cómo se reconfigurará el panorama político, los alemanes deberán elegir quiénes conforman el Budestag (Cámara Baja) para la próxima legislatura.

Unos 60,4 millones de ciudadanos están llamados a votar, alrededor de 1,3 millones menos que en las elecciones de 2017, de las que surgió una repetición de la ‘gran coalición’ entre el bloque de la CDU y la CSU con el SPD, que llega como favorito en un contexto marcado por la debilidad de los grandes bloques y pendiente de futuras alianzas.