“Somos 25.000 y vamos a averiguar por qué hay anarquía en el país”, fue la amenaza que Yevgeny Prigozhin lanzó al levantarse junto a sus mercenarios el fin de semana en Rusia, llegando a solo 200 kilómetros de Moscú, como aseguró, antes de llegar a un acuerdo mediado por el Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, para deponer su rebelión contra el gobierno de Vladimir Putin.

Aunque Prigozhin esgrimía en un principio que su levantamiento respondía al supuesto ataque del Ejército ruso contra sus tropas, donde denunció que murieron 2.000 de sus hombres, el líder del Grupo Wagner estaba en realidad molesto con otra situación. El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, había dictaminado que todas las “unidades de voluntarios” rusos que combaten en Ucrania tenían que suscribir para el 1 de julio un acuerdo con ese ministerio para conceder a las tropas un “estatuto jurídico necesario”. Prigozhin se negaba a firmar este convenio, que según el portal suizo Ajour era un intento “desesperadamente tardío” por parte de Shoigu de detener la proliferación de ejércitos privados y recuperar una estructura de mando unificada.

Y es que el pasado 22 de junio, más de 20 de estas estructuras militares implicadas en la invasión a Ucrania ya habían suscrito el acuerdo, aunque en el país existen más de 40 organizaciones de este tipo, según detalló el viceministro de Defensa ruso, Nikolay Pankov. El Ministerio de Defensa informó que “el grupo de voluntarios” checheno “Akhmat” fue el primero en firmar el convenio, consigna la cadena alemana Deutsche Welle.

Según informes de los medios ucranianos, entre 25 y 30 de las 37 denominadas PMC (Compañías Militares Privadas) existentes están luchando del lado ruso en los territorios ocupados. Es probable que el número total de mercenarios desplegados allí sea del orden de 50.000 hombres. Y su número está creciendo.

Miembros de la compañía militar Wagner se sientan encima de un tanque en una calle de Rostov del Don, Rusia, el 24 de junio de 2023. Foto: AP

Las razones para este fenómeno, detalla Ajour, son tres. Primero, es un negocio lucrativo: el año anterior a la invasión rusa, la ganancia anual de Prigozhin se estimó en US$ 250 millones. Las enormes pérdidas humanas en Ucrania y la desesperada necesidad de soldados adicionales han multiplicado el valor del mercenario individual. Un mercenario experimentado de Wagner puede aspirar a ganar 3.500 dólares al mes más asignaciones de combate.

En segundo lugar, los proveedores de mercenarios pueden esperar el favor de Putin, ya que le permiten continuar su guerra sin una movilización general impopular. Y, en tercer lugar, se trata de la posición política y social en la Rusia de la posguerra. Según Margarita Balmaceda, catedrática de Diplomacia y Relaciones Internacionales en Seton Hall University, las unidades mercenarias deben entenderse en el contexto de la lucha interna por el poder en Rusia. “Se trata de la lucha por más influencia y por favores que Putin pueda dar a cambio”, dijo recientemente Balmaceda a la revista Time.

Gazprom, el gigante energético estatal ruso, es uno de los jugadores más jóvenes en el mercado mercenario ruso, señala Ajour. A principios de febrero, causó revuelo una nota de prensa del servicio secreto ucraniano según la cual el gobierno ruso había dado permiso a su filial Gazpromneft para establecer una fuerza de seguridad privada.

A diferencia de las empresas mercenarias reales, la ley rusa permite que se establezcan empresas de seguridad privada para proteger la infraestructura energética. Por su parte, Gazprom destaca que sus hombres armados sólo están destinados a este tipo de tareas de vigilancia “legales”. Sin embargo, una investigación de la BBC asegura lo contrario: ahora hay al menos dos unidades mercenarias en Ucrania que pueden atribuirse directamente al grupo Gazprom. Llevan los nombres de batallón “Potok” (electricidad) y “Fakel” (antorcha).

Combatientes del grupo mercenario privado Wagner salen de la sede del Distrito Militar del Sur para regresar a la base, en la ciudad de Rostov del Don, Rusia, el 24 de junio de 2023. Foto: Reuters

Algunos analistas también incluyen “Redut” (fortaleza) en el grupo Gazprom. Según Kiev, fue la primera fuerza conocida que participó en la invasión rusa de Ucrania, con 7.000 hombres. El portal ruso Meduza, citando a varias fuentes, sostiene que estos mercenarios fueron los primeros en invadir Ucrania y participaron en combates cerca de Kiev y Kharkiv.

La primera información sobre “Redut” apareció en el periódico ruso Novaya Gazeta en 2019, dando a conocer detalles de esta fuerza militar privada. Según el medio, “Redut” se formó en 2008, desplegándose en Siria para proteger las instalaciones de la empresa rusa Stroytransgaz, controlada por Gennady Timchenko, amigo de Vladimir Putin. Igor Girkin, también llamado Strelkov, y antiguo “ministro de Defensa” de la autoproclamada “República Popular de Donetsk”, describió a Timchenko como la persona al frente de “Redut”, apunta Deutsche Welle.

En Rusia, “Redut” ha llamado la atención en los últimos meses a través de intensas campañas publicitarias en las redes sociales, donde a hombres con experiencia militar de entre 25 y 45 años se les ha prometido al menos 2.840 dólares al mes.

Pavel Lusin, experto en política exterior y de defensa rusa, señala a la cadena alemana que, en el caso de “Redut”, no se trata de una empresa militar privada, y la relaciona con el Ministerio de Defensa. “Los mercenarios fueron utilizados originalmente por Rusia con tres fines principales: contrarrestar al Ejército regular, poder operar al margen del sistema burocrático y de los procedimientos administrativos establecidos, y proteger a los dirigentes políticos y militares de toda responsabilidad”, afirma Lusin.

Yevgeny Prigozhin sale de un cementerio antes del funeral de un bloguero militar ruso que murió en un ataque con bomba en un café de San Petersburgo, en Moscú, el 8 de abril de 2023. Foto: Reuters

Entre las muchas unidades mercenarias, es probable que “Patriot” ocupe una posición especial. Se atribuye directamente al Ministerio de Defensa ruso y Sergei Shoigu. Según información del grupo de expertos estadounidense Jamestown Foundation, sus filas consisten principalmente en exmilitares bien capacitados y oficiales de inteligencia del GRU, el servicio de inteligencia militar ruso. Esto también explicaría los principescos sueldos mensuales de hasta 15.000 dólares, por los que Wagner la envidia y la ataca, asegura Ajour al diario Kiev Post, que escribió recientemente sobre siete países en los que opera PMC Patriot, incluida la República Centroafricana y, desde 2018, Siria.

El grupo mercenario ENOT, fundado por el nacionalista Igor Mangushev, tiene una reputación particularmente mala, incluso para los estándares rusos. La abreviatura significa aproximadamente “Cooperativa Popular Nacional Unida”. Mangushev causó disgusto el año pasado con un video de él bailando mientras sostenía el cráneo de un presunto militar ucraniano de la siderúrgica Azovstal, en Mariupol.

A principios de febrero se confirmó la muerte de Mangushev en el hospital tras recibir un disparo en la cabeza. Su esposa afirmó que fue ejecutado por el Ejército ruso cerca del frente. Se dice que ENOT fue expulsado de Serbia en años anteriores por actividades radicales, y el Poder Judicial ruso llevó a cabo varios procesos penales contra miembros individuales. Las áreas operativas de este grupo antes de la guerra en Ucrania también incluían Donbás, Siria y Nagorno-Karabaj.

Un cartel publicitario, que promueve el servicio en el grupo de mercenarios privados de Wagner, se exhibe al borde de la carretera en San Petersburgo, Rusia, el 24 de junio de 2023. Foto: Reuters

Aunque la supuesta brigada “Akhmat” de 10.000 efectivos del líder checheno Ramzan Kadyrov es oficialmente parte de la Guardia Nacional Rusa, sus comandantes fueron los primeros en firmar el decreto de subordinación de Shoigu al Ministerio de Defensa, señala Ajour.

Kadyrov recientemente causó confusión con su declaración de que quería fundar su propio PMC real como Prigozhin. Para el jefe de Wagner, los chechenos de Kadyrov son solo “luchadores de Tik-Tok”, porque solo pueden usarse para lucirse en las redes sociales. Hace unos días, los combatientes de “Akhmat” fueron trasladados al área de Belgorod para proteger la frontera de los ataques partisanos.

“A estas alturas, Rusia se ha convertido en un Estado movilizado a todos los niveles. A la hora de la verdad, hay una necesidad urgente de entrenar combatientes, y Putin quiere hacerlo sin reclutas ni otra movilización”, dijo a Deutsche Welle el historiador Mark Galeotti, fundador de la consultora londinense Mayak Intelligence.