La diputada conservadora boliviana Norma Piérola se sumó a los ex presidentes Carlos Mesa y Jaime Paz Zamora como candidata para intentar impedir que el presidente Evo Morales obtenga un cuarto mandato en las urnas en 2019.
Piérola, una admiradora del presidente electo brasileño Jair Bolsonaro y quien tilda a Morales de "dictador nazifascista", anunció el miércoles que será la abanderada presidencial de una fracción del minúsculo Partido Demócrata Cristiano (PDC), escindido recientemente.
La otra fracción del PDC postulará a Paz Zamora, el socialdemócrata que gobernó de 1989 a 1993 apoyado en el exdictador Hugo Banzer (1971-1978 y 1997-2001), fallecido en 2002.
A principios de octubre, el ex presidente Carlos Mesa (2003-2005) había anunciado su candidatura y, según los sondeos, es el mejor posicionado en los sondeos frente a Morales, quien gobierna desde 2006.
Mesa, que sucedió al liberal Gonzalo Sánchez de Lozada cuando dimitió en 2003 asediado por manifestaciones populares, es respaldado por el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), otro partido minoritario.
"El FRI es el partido más tránsfuga de la historia de Bolivia", afirmó el miércoles Morales, que evocó los múltiples acuerdos que selló con partidos de diversa ideología para formar parte de coaliciones gobernantes por más de dos décadas.
"El viejo tiempo se acaba"
Piérola, la única mujer en liza a un año de las elecciones, se declara admiradora del presidente electo de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro y afirma que se lanzó a la contienda electoral con el fin de "que se reconstituya en este país, el respeto pleno a la vida, a la dignidad".
La diputada cobró notoriedad en 2015 luego de que se rehusó a dar la mano a Morales, a quien dejó con la diestra extendida en una ceremonia oficial.
A sus 79 años, Paz Zamora se trazó la tarea de evitar que Morales consiga un cuarto mandato consecutivo hasta 2025 y propuso "una reforma constitucional, pluriétnica, pluricultural" hacia un "estado federal".
Mientras tanto, Carlos Mesa, que según los sondeos es actualmente el único con posibilidades de derrotar a Morales, afirma que "hay un viejo tiempo que se está acabando, que está agotado, que ha cumplido su ciclo", en alusión a los 12 años que lleva en el poder el mandatario izquierdista indígena.
Historiador y periodista de 65 años de edad, Mesa fue el portavoz de la demanda marítima contra Chile y los observadores estiman que es el único político boliviano que puede aglutinar a toda la oposición contra Morales.
Evo contraataca
En un discurso el miércoles en homenaje a la nacionalización de la minería en 1952, Morales hizo un llamado a evitar el retorno de gobiernos liberales en coaliciones.
Sostuvo que sus adversarios coinciden con "las intenciones de Estados Unidos de adueñarse de los recursos naturales del país".
Morales, de 59 años, quien se proclama "antiimperialista", estatizó los hidrocarburos, las telecomunicaciones, los aeropuertos, entre otros sectores.
Acerca de la carrera electoral que va tomando forma, Morales sostuvo que "será pueblo versus imperio".
"La derecha está buscando alianzas, uniones; pero nosotros ya estamos unidos, tenemos una agenda y programa, ellos solo pierden su tiempo", expresó.
"Debemos tener claro el panorama político y reflexionar respecto a las nuevas candidaturas. Debemos estar unidos, porque cuando estamos unidos, nada es imposible", declaró el gobernante ante un auditorio de mineros.
Panorama complicado
Todos los candidatos deben ir a primarias partidarias en enero, mientras continúa un debate acerca de la constitucionalidad de la candidatura de Morales.
En un referéndum efectuado el 21 de febrero de 2016, los bolivianos le negaron a Morales la posibilidad de ser candidato a un cuarto mandato en 2019. Sin embargo, tiempo después el Tribunal Constitucional, en un polémico fallo, le dio luz verde para una nueva postulación.
Bolivia debe ir a las urnas en octubre de 2019 para elegir presidente y vicepresidente y renovar el Congreso bicameral.
Con una economía robusta y una estabilidad política sin precedentes, la oposición dividida basa su estrategia electoral principalmente en el resultado del referéndum de 2016.
Sin embargo, a Morales se le complicó el panorama después de que la Corte Internacional de La Haya dictaminara, hace un mes, que Chile no tiene obligación de negociar un acceso soberano al Pacífico para Bolivia, que perdió en la guerra de 1879-1884.