Por un margen cerrado, los habitantes de Nueva Caledonia, un archipiélago en el sur del Pacífico, decidieron el domingo en un referéndum seguir siendo parte de Francia en lugar de independizarse, tras lo cual el presidente francés Emmanuel Macron llamó a un diálogo tras un pasado colonial.

El 53,3% de los votantes estuvo a favor de seguir siendo parte de Francia, mientras que el 46,7% optó por la independencia, según las autoridades.

En un discurso televisado desde París, Macron calificó el resultado de la consulta de “una expresión de confianza en la República” la que apreció “con un profundo sentimiento de gratitud... Adicionalmente, modestia”.

Macron prometió a los habitantes del archipiélago que “será con todos ustedes, juntos, que construiremos un mejor mañana para Nueva Caledonia”. Alabó el referéndum y pidió a la población local “mirar hacia el futuro”.

“Estamos enfrentando a nuestra propia historia en Nueva Caledonia, una historia colonial”, destacó Macron, “y la estamos tratando de superar para no quedar atrapados en ella. Sabemos que hoy en día nos encontramos en una encrucijada”.

Hubo gran concurrencia a las urnas. Más del 85% del electorado sufragó antes del cierre de los centros de votación, indicó el Ministerio de Territorios de Ultramar. Algunos centros de votación en la capital, Noumea, cerraron una hora tarde ya que había todavía una gran cantidad de gente que no había votado.

El referéndum es parte de un proceso para reducir las tensiones entre la población nativa kanak y los habitantes que deseaban seguir siendo parte de Francia.

Se logró un acuerdo de paz entre las facciones rivales en 1988 y una década después se forjó el Acuerdo de Noumea, que le dio a Nueva Caledonia poder político y más autonomía, además de estipular la realización de hasta tres referéndums sobre su futuro.

Hace dos años, el 56,4% de la población en un referéndum similar votó en contra de la independencia. Existe la posibilidad de un tercer referéndum para 2022.