El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha aprobado este viernes una nueva ley de reforma policial que criminaliza las maniobras de estrangulamiento por parte de los agentes durante las detenciones, entre otras medidas, como respuesta a las protestas tras la muerte de George Floyd, fallecido precisamente asfixiado durante un arresto y que desembocó en la imputación por asesinato de uno de los agentes.

La reforma consta de un total de una decena de proyectos de ley aprobados esta semana tanto por el Senado como por la Asamblea Estatal de Nueva York y pena con hasta 15 años de cárcel el uso de esta maniobra, facilita la obtención de los historiales de denuncias que pueda albergar un efectivo de las fuerzas de seguridad y penaliza las llamadas a la Policía por motivos racistas.

“No hay confianza entre la comunidad y la Policía”, ha reconocido Cuomo durante la firma del paquete de medidas en su despacho, acompañado del reverendo y activista por los Derechos Civiles, Al Sharpton. “Y si no hay confianza”, ha remachado, “la relación no funciona”.

El uso del estrangulamiento está prohibido en Nueva York desde 1993 pero nunca se había penado hasta esta nueva ley, que llevará el nombre de Eric Garner, el ciudadano neoyorquino de raza negra que murió asfixiado por la Policía durante su detención en 2014.

Un gran jurado del condado de Richmond acabó exculpando al agente responsable de la maniobra, Daniel Pantaleo, que fue despedido del cuerpo cinco años después.

Durante el acto, Cuomo ha valorado especialmente el respaldo bipartidista de la iniciativa. “Muchos, muchos republicanos han votado a favor de estos proyectos de ley, porque creen que el mundo hay dicho que ya es suficiente”, ha asegurado el gobernador.