El Gobierno de Nueva Zelanda ha anunciado este martes la suspensión de la entrega de financiación a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) tras las acusaciones sobre la implicación de doce de sus trabajadores en los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) contra Israel.
El primer ministro neozelandés, Christopher Luxon, ha señalado que “las acusaciones son increíblemente graves”. “Es importante que sean entendidas e investigadas de forma adecuada. No haremos más contribuciones hasta que el Ministerio de Exteriores lo apruebe”, ha manifestado.
“Eso llevará el tiempo que sea necesario”, ha destacado Luxon, quien ha agregado que el Gobierno de Nueva Zelanda está abierto a considerar la entrega de más fondos para organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno, según ha recogido la emisora pública neozelandesa, RNZ.
Nueva Zelanda se suma así a más de una decena de países, encabezados por Estados Unidos, que ha suspendido provisionalmente su financiación al organismo tras las acusaciones. España ha afirmado que mantendrá su entrega de fondos y ha dicho que “sigue de cerca” la “investigación interna” de la agencia tras las citadas acusaciones.
La Presidencia de la Autoridad Palestina condenó el domingo la “injusta campaña” contra la UNRWA, ahora mismo objeto de un “castigo colectivo” después de que varios países, y sostuvo que el objetivo de estas acciones es “liquidar la cuestión de los refugiados palestinos”.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha prometido que se perseguirá penalmente cualquier comportamiento inapropiado por parte de trabajadores de la UNRWA y resaltó que nueve de los sospechosos ya han sido despedidos del organismo. “Cualquier trabajador de la ONU implicado en actos de terrorismo tendrá que rendir cuentas, también por la vía penal”, dijo.