El reloj en Dublín, Irlanda, estaba a punto de marcar la 1 pm, cuando un avión aterrizó en el aeropuerto este domingo. Le esperaba un contingente de servicios de emergencia. Momentos antes, durante el vuelo, una turbulencia sacudió a la aeronave, causando heridas de diversa gravedad a 12 de sus pasajeros.

Se trataba del Boeing 787-9 dreamliner, de la aerolínea Qatar Airways, que experimentó turbulencias cuando cruzaba por Turquía durante un viaje entre Doha, Qatar, y Dublín. Según un comunicado del aeropuerto de esta última ciudad, seis pasajeros y seis miembros de la tripulación resultaron heridos. De ellos, ocho tuvieron que ser trasladados al hospital local.

“El equipo del aeropuerto de Dublín continúa brindando asistencia completa en tierra a los pasajeros y al personal de la aerolínea”, señaló un portavoz de la DAA (siglas en inglés de la Autoridad Aeroportuaria de Dublín, o Dublin Airport Authority). Al no sufrir daños mayores, se espera que la máquina siga operando con normalidad, “aunque con retraso”, añadieron.

Desde Qatar Airways señalaron a la prensa local que “un pequeño número de pasajeros y de la tripulación sufrieron heridas leves en vuelo y ahora están recibiendo atención médica”, y que “el asunto está ahora sujeto a una investigación interna”.

Se trata del segundo caso en una semana de personas heridas en aviones debido a turbulencias graves. Días atrás, se reportó la muerte de un hombre británico de 73 años durante un vuelo de Singapore Airlines, donde otras 104 personas resultaron lesionadas y 20 de ellas se encuentran en cuidados intensivos debido a lesiones en la columna.

El interior del vuelo SQ321 de Singapore Airlines es fotografiado después de un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional Suvarnabhumi de Bangkok, Tailandia, el 21 de mayo de 2024. Foto: REUTERS.

Estimaciones señalan que, solo en Estados Unidos, unos 65.000 aviones sufren turbulencias moderadas cada año, mientras que 5.500 son de carácter grave. Pero esos números podrían aumentar, dijo a CNN en 2022 Paul Williams, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Reading, de Reino Unido.

“Hicimos algunas simulaciones por computadora y descubrimos que la turbulencia severa podría duplicarse o triplicarse en las próximas décadas”. Los resultados fueron contrastados con observaciones, lo que puso en relieve la existencia de un tipo de turbulencia denominada “turbulencia de aire claro”, que no está relacionada con ninguna señal visual, como tormentas o nubes. Estas, a diferencia de las normales, se producen sin previo aviso y son más difíciles de evitar.