Este jueves inició una nueva generación de Congreso con mayor cantidad de mujeres latinas, musulmanas, indígenas y de la comunidad LGBT, además de mayoría opositora.

Se trata de la 116° generación de Congreso que asumió hoy Washington con 235 representantes demócratas y 199 republicanos en la Cámara de Representantes, mientras que en el Senado habrá 53 republicanos y 47 demócratas.

Frente a este panorama, Nancy Pelosi, ex líder demócrata de California, vuelve a la Cámara de Representantes para recuperar el liderazgo que había ocupado entre 2007 y 2011.

Sharice Davids, de Kansas y Deb Haaland de Nuevo México, ambas demócratas son las primeras mujeres nativas americanas que formarán parte del Congreso. Además Davids, declarada lesbiana, será la primera miembro del Congreso de esta comunidad que representará Kansas.

Rashida Tlaib de Michigan e Ilhan Omar de Minnesota, ambas demócratas, son las primeras mujeres musulmanas elegidas para ocupar cargo en el Congreso.

Mientras que Alexandria Ocasio Cortez, representante demócrata de Nueva York, de 29 años, y Abby Finkenauer, demócrata de 30 años, se convierten en las mujeres más jóvenes del Congreso, detalla CNN Español.

Las demócratas Verónicas Escobar y Sylvia Garcia son las primeras latinas en el Congreso. Ambas representarán al estado de Texas.

La inauguración se produce en medio de una feroz pugna que tiene parcialmente paralizado al gobierno desde el 22 de diciembre por la demanda de Trump de incluir en el presupuesto fondos para el muro.

Los demócratas se han opuesto firmemente a esta iniciativa, que tiene un costo de más de 5.000 millones de dólares y que, según la oposición, no es una respuesta para un tema complejo como la inmigración.

Hasta ahora, los demócratas proponen por un lado renovar hasta el 30 de septiembre los presupuestos de las agencias que no son objeto de ninguna controversia y prolongar sólo hasta el 8 de febrero la partida del Departamento de Seguridad Interior, que se encarga de las fronteras.

Pero cualquier propuesta puede quedar en nada si no cuenta con 60 votos en el Senado.

Trump, que tiene derecho a veto, advirtió que mantendrá la situación actual "el tiempo que haga falta" y convocó a una reunión el viernes.

La dilatación de la negociación hace posible que ambas partes busquen un acuerdo más amplio, por ejemplo, una hipótesis es que los demócratas den los fondos para el muro a cambio de un estatuto para los "dreamers", los indocumentados que llegaron siendo niños a Estados Unidos.

Con el control de la Cámara, los demócratas podrán no sólo bloquear iniciativas del mandatario sino también investigar sus finanzas y ahondar en la presunta colusión entre su equipo de campaña y Rusia en 2016, aumentando la posibilidad de que se inicie un proceso de destitución en su contra, aunque con pocas posibilidades de éxito.

Con la oposición en la Cámara se perfilan también nuevas investigaciones parlamentarias.

Hasta ahora, Pelosi ha dicho que es contraria a lanzar un proceso de destitución, pero los demócratas sí podrían agitar el clima político concretando su promesa de exigirle al presidente que presente su declaración de impuestos.