La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reconoció que la aprobación hoy en la Cámara de Diputados del proyecto que despenaliza el aborto "duele como argentinos" y reiteraron la "necesidad" de que "pueda haber diálogo" en el Senado, donde se tratará ahora la iniciativa.
"La Cámara de Diputados de la Nación ha aprobado el proyecto de despenalización del aborto. Nos duele como argentinos esta decisión", comienza diciendo la Comisión Ejecutiva de la CEA en una nota de prensa.
Según añaden, "el dolor por el olvido y la exclusión de los inocentes debe transformarse en fuerza y esperanza, para seguir luchando por la dignidad de toda vida humana".
"Seguimos sosteniendo la necesidad que en el debate legislativo que continúa, pueda haber diálogo", remarca el texto, en el que se destaca que "la situación de las mujeres frente a un embarazo no esperado, la exposición a la pobreza, a la marginalidad social y la violencia de género, siguen sin tener respuesta".
"Simplemente se ha sumado otro trauma, el aborto. Seguimos llegando tarde", subraya.
La iniciativa, que estuvo impulsada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, fue aprobada, entre diferentes posturas tanto en el seno de oficialismo como de la oposición y con libertad de conciencia para todos los legisladores, con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención.
Las posturas favorables a la despenalización destacan que se trata de "una cuestión de salud pública", por los alrededor de 500.000 abortos clandestinos que se estima se producen al año en Argentina, principal causa de muerte materna en 17 de las 24 provincias.
"Tenemos la oportunidad de buscar soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer tenga que acudir a un aborto", consideraron los obispos, que confían en que la Cámara de Senadores sea el lugar donde se elaboren "proyectos alternativos" que puedan responder a las "situaciones conflictivas", para reconocer "el valor de toda vida y el valor de la conciencia".
El comunicado eclesiástico se reconocen "debilidades" en la tarea pastoral, como la educación sexual integral en nuestras instituciones educativas, el reconocimiento más pleno de la común dignidad de la mujer y el varón, y el acompañamiento a las mujeres que se ven expuestas al aborto o que han vivido "dicho trauma".
"Todas estas son llamadas de la realidad que nos convocan a una respuesta como Iglesia", indica el documento.
"Con humildad y coraje, nos proponemos seguir trabajando en el servicio y el cuidado de la vida", concluye.