Era el tema a debatir más esperado de la jornada en el marco de la 48° Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA). Por eso, durante todo el día se esperó el pronunciamiento del organismo regional respecto de Venezuela. Tras un largo debate, finalmente la OEA resolvió la noche de este martes (por 19 votos a favor, 11 abstenciones y cuatro en contra) aprobar una resolución contra el gobierno de Nicolás Maduro que abre la puerta a la suspensión de Venezuela del organismo hemisférico.
Fue el mismo canciller venezolano, Jorge Arreaza, quien solicitó la votación nominal del proyecto de resolución liderado por EE.UU. en conjunto con Chile, Argentina, Brasil, Canadá, México y Perú, el cual además de desconocer la legitimidad de las elecciones del 20 de mayo, en las que Maduro fue reelecto hasta 2025, solicita la máxima sanción del organismo, que en sus 70 años de existencia solo ha sido aplicada en dos oportunidades, contra Cuba y Honduras.
A pesar de no obtener los 24 votos necesarios para su activación inmediata, lo ocurrido en la OEA era visto como una derrota para Maduro. De hecho, Nicaragua y Ecuador, dos de sus aliados, se abstuvieron, mientras que sólo Bolivia, San Vicente y las Granadinas y Dominica votaron en contra de la resolución.
De esta manera, los votos de los aliados del chavismo fueron insuficientes para frenar el avance del plenario, que busca aplicar los mecanismo de la Carta Democrática Interamericana, por "alteración del orden constitucional", en Venezuela.
En los 10 puntos que contiene la resolución se reafirma que "sólo a través de un diálogo nacional, con la participación de todos los actores políticos y otros actores interesados venezolanos, se podrá alcanzar la reconciliación nacional". Además, el punto uno de la resolución se detalla que las elecciones de mayo "carecen de legitimidad por no cumplir con los estándares internacionales, por no haber contado con la participación de todos los actores políticos venezolanos y haberse desarrollado sin las garantías necesarias para un proceso libre, justo, transparente y democrático".
La jornada de este martes marca la primera vez que la Asamblea General aprueba una resolución sobre la crisis venezolana, tras un intento fallido realizado en 2017 en Cancún (México), que concluyó sin una declaración condenatoria.
"Ya nos fuimos"
La aprobación de la resolución fue criticada por Caracas, que la calificó como "un acto injerencista" en el marco de una "campaña criminal" del gobierno de Donald Trump.
"Venezuela ya se fue del organismo", dijo Arreaza apelando a la solicitud de renuncia presentada por el gobierno de Maduro en abril de 2017 y que podría finalizar su tramitación el próximo año.
El canciller venezolano aprovechó la instancia para expresar que quienes apoyaron la resolución también están a favor de una intervención en Venezuela, lo que hasta ahora representa la medida más contundente de parte de la OEA contra el gobierno de ese país.
De todos modos, Caracas entendió la votación como una "derrota" de Washington. El Vicepresidente Tareck El Aissami, escribió en Twitter que (el Vicepresidente de EE.UU.) Mike Pence y el imperialismo no han podido derrotar al pueblo de Bolívar".
Sin embargo, Pence aprovechó de expresar a través de las redes sociales lo que a su juicio representa una victoria por la libertad. "El régimen de Maduro reprime a su pueblo, niega la ayuda humanitaria y celebra elecciones simuladas. Las naciones americanas y amantes de la libertad se unirán al pueblo venezolano hasta que se restaure la libertad", dijo.
Tras la votación, los miembros de la OEA deberán convocar a una Asamblea General extraordinaria en la que los impulsores buscarán sumar el apoyo de cinco miembros para conseguir los 24 votos necesarios para suspender de manera definitiva a Venezuela.