La Organización de Estados Americanos exhortó el miércoles a las autoridades bolivianas a celebrar una segunda vuelta electoral sin importar la diferencia entre los dos candidatos presidenciales más votados.
"Debido al contexto y las problemáticas evidenciadas en este proceso electoral, continuaría siendo una mejor opción convocar a una segunda vuelta", dijo el director del departamento para la observación electoral de la OEA, Gerardo de Icaza.
Tres días después de la elección Bolivia sigue en vilo sobre si habrá o no una segunda vuelta, pero todo parece indicar que el mandatario Evo Morales deberá jugarse su futuro político en un balotaje entre protestas por un supuesto fraude.
Al comparecer durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente solicitada por Brasil, Canadá, Colombia, Estados Unidos y Venezuela, de Icaza señaló que toda elección debe regirse por los principios de certeza, legalidad, transparencia, equidad, independencia e imparcialidad pero advirtió que en el proceso electoral boliviano "varios de estos principios han sido vulnerados".
De Icaza expresó que su equipo tiene "dudas serias sobre si en este proceso existen las garantías para poder recurrir resultados por parte de la autoridad electoral".
El funcionario anunció que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, accedió a una solicitud del gobierno boliviano para realizar un análisis de integridad electoral que comprenda la verificación de cómputos, aspectos estadísticos, verificación del proceso y cadena de custodia, cuyas conclusiones tendrán carácter vinculante para ambas partes.
Las sospechas de supuesto fraude se vieron alimentadas por la interrupción durante 24 horas de la transmisión del conteo preliminar que daba ganador a Morales y en segundo lugar al expresidente y candidato Carlos Mesa y proyectaban una segunda vuelta. Pero el lunes, cuando se reanudó la transmisión, los resultados parciales proyectaban que Morales ganaba en primera vuelta.
Al fracasar su pedido para suspender la sesión del miércoles, Bolivia enviará a su canciller Diego Pary a otra sesión de la OEA ya agendada para la tarde del jueves. El embajador boliviano José Gonzáles no ejerció el derecho de palabra el miércoles.
La nicaragüense Ruth Tapia rechazó que la sesión haya tenido lugar pese a la objeción de Bolivia y lo atribuyó al interés de un grupo pequeño de países de inmiscuirse en los asuntos internos de sus vecinos.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un organismo adscrito a la OEA, expresó el miércoles su preocupación ante la violencia generada en el marco del proceso electoral boliviano.
Esta jornada, el organismo internacional dio a conocer el informe preliminar realizado por la misión enviada a La Paz.