Cuando la presión por una pronta resolución para el conflicto entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza crece y los vientos de guerra resurgen en la frontera norte de Líbano, otro incendio empieza a crecer en Medio Oriente: una serie de eventos, ataques y declaraciones han elevado la tensión en Cisjordania.
La más evidente de las escaladas en el territorio considerado como “ocupado” por el derecho internacional y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llegó entre la noche del martes y la mañana del miércoles. En ese lapso, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguraron haber dado muerte a al menos 10 palestinos militantes de Hamas, organización islamista con la que se encuentran en guerra desde el ataque del 7 de octubre pasado.
El operativo, señalaron numerosos medios internacionales, se llevó a cabo en la inestable ciudad de Yenín, la que fue acordonada por militares para luego llevar adelante numerosas detenciones, indicó la agencia The Associated Press.
Es más, se trató de la más grande redada llevada a adelante por militares israelíes en territorio cisjordano en meses, un recordatorio de que el conflicto entre Hamas e Israel no se limita solo a la Franja de Gaza.
El citado medio señaló que, mientras israelíes aseguran que los asaltos armados a Cisjordania tienen como objetivo eliminar a los milicianos de Hamas del lugar para evitar futuros atentados, los palestinos ven en los operativos -y especialmente en el último- un intento israelí por ampliar la guerra y eventualmente quitarles los pocos territorios que les quedan bajo su poder. Actualmente, este espacio está gobernado por la Autoridad Nacional Palestina y su presidente, Mahmoud Abbas.
Según las FDI, la operación se realizó en cooperación con la Agencia de Seguridad de Israel (ISA) en las zonas de Yenín y Tulkarem, en el norte de Cisjordania, la que calificaron como “antiterrorista”. También ingresaron al campo de refugiados de Al-Faraa, que data de la guerra de Medio Oriente de 1948.
El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, dijo a la prensa que el operativo se había organizado para “desbaratar la infraestructura terrorista islámico-iraní”, y que Irán estaría supuestamente trabajando para establecer un “frente oriental” contra su país.
Medios como CNN y The Associated Press pudieron confirmar la presencia de drones, excavadoras y un numeroso contingente de fuerzas de seguridad y militares compuesta por cuatro batallones de la Policía de Fronteras de Israel y una unidad de élite de tropas encubiertas, detalló la primera cadena.
El resultado, dijo a la prensa el teniente coronel Nadav Shoshani, portavoz militar israelí, fue el asesinato de tres milicianos supuestamente de Hamas en un ataque aéreo en Tulkarem, así como de otros cuatro en un ataque aéreo en Al-Faraa. También explicó que hubo cinco detenidos que formarían parte del grupo islamista proveniente de Gaza, y que esta es solo la primera fase de una operación mucho mayor.
“Sobre Yenín y Tulkarem, hemos visto más de 150 tiroteos y ataques con explosivos originados solo en estas áreas durante el año pasado”, aseguró el portavoz durante el miércoles.
Fue en el segundo lugar donde las FDI señalaron haber asesinado a Muhammad Jaber -también conocido como Abu Shujaa-, comandante de la Yihad Islámica Palestina en el cercano campo de refugiados de Nur Shams. La información fue luego confirmada por el grupo extremista.
“Abu Shujaa, comandante de la Brigada Tulkarem de las Brigadas Al-Quds, murió junto con varios hermanos de su brigada tras una heroica batalla contra los soldados de la ocupación (israelí)”, señalaron en un comunicado citado por medios.
Según el diario El País, la ofensiva israelí en el norte de Cisjordania, una de las mayores desde el final de la Segunda Intifada en 2005, se ha cobrado 18 vidas en sus dos primeros días.
La escalada en la situación llevó a Abbas, Presidente de la Autoridad Palestina, a acortar una visita a Arabia Saudita y anunció su pronto regreso a Cisjordania, sede de su gobierno. Nabil Abu Rudeineh, portavoz de Abbas, condenó las redadas al considerarlas una “escalada grave”, y solicitó la intervención de Estados Unidos en la situación.
Quien también tuvo palabras al respecto fue el secretario general de la ONU, António Guterres, quien solicitó a Israel que detenga inmediatamente su operación en Cisjordania, según dijo el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric. Guterres pidió al gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, que su Ejército proteja a los civiles y que inste a sus fuerzas a “ejercer la máxima moderación y utilizar fuerza letal solo cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida”.
La preocupación del secretario general es que el accionar israelí esté “alimentando una situación ya explosiva en la ocupada Cisjordania y socavando aún más a la Autoridad Palestina”, explicó su portavoz. Luego, mediante una publicación en X, antes Twitter, Guterres planteó: “Solo el fin de la ocupación y el regreso a un proceso político significativo que establezca una solución de dos Estados pondrá fin a la violencia”.
Michael Milshtein, experto en cuestiones palestinas de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, dijo a The Associated Press que Hamas estaría utilizando el territorio ocupado como base para lanzar más ataques de corte islamista, utilizando “armas contrabandeadas desde Irán y aprovechándose de la debilidad de la Autoridad Palestina”. Además, cree posible que se den más operaciones en el futuro próximo, ya que “las autoridades israelíes no parecen tener una estrategia para derrotar a Hamas ni en Gaza ni en Cisjordania”.
Según la administración palestina, al menos 652 palestinos han muerto en Cisjordania por fuego israelí desde que comenzó la guerra en Gaza hace más de 10 meses, donde la mayoría han sido asesinados durante redadas que suelen terminar en tiroteos entre milicianos y militares, detalló The Associated Press.
Pero la arista bélica es solo una de las variantes que amenaza con hacer estallar la situación. La política ha estado igual de intensa en los últimos días. Primero fue el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, quien encendió la mecha este lunes al asegurar que levantaría una sinagoga en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, considerado como uno de los sitios más sensibles del conflicto religioso en Medio Oriente.
Respetando el statu quo -que Netanyahu defiende-, los judíos no pueden acceder a la Explanada para rezar, pero sí pueden hacerlo en calidad de visitantes. “¿Un musulmán puede rezar, pero un judío no? Es una política racista”, dijo Ben-Gvir. Su cartera controla la policía que está en las entradas y al interior del lugar.
― “¿Construiría una sinagoga allí?”, le preguntaron en una radio militar israelí.
― “Sí, sí, sí”, respondió el ministro.
Sus palabras fueron calificadas por su par de Defensa, Yoav Gallant, como “peligrosas, innecesarias e irresponsables”. En tanto, el ministro de Interior, Moshe Arbel, dijo que fueron “comentarios irresponsables” que hacen difícil la “alianza estratégica de Estados musulmanes contra el malvado eje iraní”.
La última de las intervenciones polémicas vino de la mano del ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, quien planteó que se deberían tomar decisiones bélicas similares en Cisjordania que las que se han tomado en Gaza.
“Debemos abordar la amenaza del mismo modo que abordamos la infraestructura terrorista en Gaza, incluida la evacuación temporal de los residentes palestinos y cualquier medida que pueda ser necesaria. Esta es una guerra en todos los sentidos y debemos ganarla”, escribió en redes sociales.
El 15 de agosto, más de 70 colonos israelíes armados atacaron la aldea de Jit, disparando contra los palestinos de la Cisjordania ocupada con balas reales, incendiando casas y automóviles. Un residente dijo a CNN que vio al menos a una turba de 30 personas vestidas de negro rompiendo ventanas de hogares y lanzando bombas molotov al interior.
Altos funcionarios israelíes, incluidos algunos de las FDI, condenaron la situación y prometieron una investigación. “Este es un incidente terrorista muy grave en el que los israelíes se propusieron dañar deliberadamente a los residentes de la ciudad de Jit, y fracasamos al no lograr llegar antes para protegerlos”, señaló en un comunicado el comandante del Comando Central de las FDI, MG Avi Blut. La llama en Cisjordania estaba más que encendida.