Más de 220 personas murieron este miércoles en una oleada de ataques reivindicados por el grupo yihadista "Estado Islámico" (EI) en el sur de Siria, en uno de los más sangrientos asaltos que el grupo haya perpetrado en el país. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (Osdh) dijo que tres de los cuatro suicidas en la ciudad de Suweida tenían cinturones explosivos, mientras que bombas fueron detonadas en pueblos en el norte y en el este de la provincia.
"Se trata del balance más crítico en esta provincia desde el inicio del conflicto" en 2011, aseguró a la agencia France Presse, Rami Abdel Rahman director del Osdh.
"El crimen de hoy (miércoles) muestra que los Estados que apoyan el terrorismo tratan de reanimar las organizaciones terroristas para servirse de ellas como moneda de cambio para fines políticos, pero esas tentativas fracasarán", dijo el Presidente sirio, Bashar Assad, al recibir al emisario del Presidente ruso, Vladimir Putin, Alexander Lavrentiev, según comunicados de la presidencia siria en redes sociales.
Se trata de los primeros ataques de esta magnitud perpetrados por el Estado Islámico desde hace meses en el país, donde la organización yihadista sufrió numerosos reveses en los últimos tiempos. En 2014 el grupo declaró a Raqqa como la capital del califato y llegó a controlar gran parte del país. Ahora se estima que sólo posee el 3%. Estos atentados se producen cuando el gobierno ya controla el 90% de las provincias meridionales de Daraa y Quneitra, tras su devastadora ofensiva militar en junio.
El diario emiratí The National explica que en las últimas semanas las fuerzas del régimen han expulsado a rebeldes de gran parte del sur de Siria, que colinda con los Altos del Golán. Y aunque las tropas de Assad controlan casi toda la provincia de Suweida, el EI aún mantiene una presencia en áreas desérticas del norte y del este de esa provincia.
Este miércoles, las fuerzas del régimen bombardearon territorios ocupados por el EI en Daraa, al oeste de Suweida. Según The National, allí está el grupo yihadista Jaish Khaled bin al-Walid, cuyos mil combatientes juraron lealtad al Estado Islámico.