Cuando se cumplen dos años desde la llegada del Covid-19 a nuestras vidas y la vacunación permitió retomar una serie de actividades suspendidas por la pandemia, una nueva variante descubierta en Sudáfrica se está expandiendo por el mundo, con una decena de países que han confirmado nuevos casos de ómicron en las últimas horas. Como primera medida, cientos de viajeros han quedado varados en África, el continente con la tasa de inmunización más baja, con un 7%, después de las restricciones de viaje impuestas por gran parte de Europa, Estados Unidos y Brasil, lo que fue criticado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Estados africanos, que solicitan reabrir las fronteras, ya que acusan es una medida ineficaz contra la propagación del virus y que solo permite seguir golpeando a las economías locales.
En tan solo tres días, la Unión Europea (EU) volvió a vivir conmoción frente la pandemia. El primer país europeo en confirmar un contagio de ómicron fue Bélgica, el viernes. En un efecto dominó para el sábado, Reino Unido, Alemania, Italia y República Checa informaron sus primeras infecciones de la nueva variante, mientras que ayer fue el turno de Países Bajos, con al menos 13 casos; Dinamarca, con dos infecciones, y Francia aseguró que probablemente la cepa ya está en su territorio.
Aunque no fueron los primeros territorios a los que ómicron llegó. Según el diario español El Mundo, el goteo de casos europeos se une a la treintena que se habían confirmado a lo largo de las últimas dos semanas. Además, de Sudáfrica, la B.1.1.529 -catalogada por la OMS de “preocupante” por un “mayor riesgo de infección” debido a las 32 mutaciones en la proteína Spike- está confirmada en Botsuana, Hong Kong y en Israel, la mayoría de los casos corresponden a viajeros que retornan a sus países tras un paso por África.
Ante el temor a repetir los críticos escenarios sanitarios de la primera oleada del coronavirus, Reino Unido volvió a elevar los niveles de protección desatando una cascada de cierres después que el jueves el gobierno de Boris Johnson ordenó suspender los vuelos desde Sudáfrica, Namibia, Zimbabwe, Botsuana, Lesoto y Eswatini. Al día siguiente, desde Bahréin, Sri Lanka, Corea del Sur, Singapur, Malasia, Indonesia, Pakistán, Dubái, Jordania, Marruecos, Turquía, Israel, pasando por Austria, Italia, Países Bajos, Finlandia, Malta, Suiza, Francia y hasta Rusia, Canadá y Estados Unidos instalaron prohibiciones a los vuelos. A nivel regional, solo Brasil y Colombia decretaron un veto, mientras que el Consejo Asesor Covid-19 del Ministerio de Salud chileno recomendó posponer al menos dos semanas la apertura de fronteras terrestres programada para el 1 de diciembre.
Aunque no solo implicó el cierre de fronteras, sino que en algunos casos las autoridades sanitarias han evaluado retroceder en las reaperturas. Los británicos volverán a la obligatoriedad de mascarillas en interiores debido a los altos niveles de contagio de ómicron, lo que podría ser solo el primer paso de una mayor escalada de cierres, justo antes de las celebraciones de fin de año, en que la movilidad de personas aumenta.
África: sin vacunas y aislada
“Estamos profundamente decepcionados por la decisión de varios países de prohibir los viajes desde varios países del sur de África, incluido el nuestro, tras la identificación de la variante ómicron. Estas restricciones son completamente injustificadas y discriminan injustamente a nuestros países. La prohibición de viajar no está informada por la ciencia, ni será eficaz para prevenir la propagación de esta variante. Lo único que hará la prohibición de viajar es dañar aún más las economías de los países afectados y socavar su capacidad para responder y también para recuperarse de la pandemia”, sentenció ayer el Presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, en respuesta a los bloqueos internacionales a zonas africanas.
El mandatario aseguró que la llegada de ómicron “no debería ser una sorpresa”, porque los científicos sudafricanos venían advirtiendo un aumento de casos en las últimas semanas, especialmente en la provincia de Gauteng, lo que temían se transformara en una cuarta ola de contagios y que finalmente derivó la confirmación el 24 de noviembre de secuencia de ómicron. Por esto, exigió la anulación “urgente” de las medidas internacionales, ya que, a su juicio, “la variante ómicron debería ser una llamada a despertar para el mundo sobre que la desigualdad de la vacuna no puede continuar”.
La directora de la OMS en África, Matshidiso Moet, siguió los pasos de los líderes africanos y aseguró que la “implementación de prohibiciones de viaje dirigidas a África ataca la solidaridad moral”. Horas antes, la OMS emitió un comunicado en el que hizo hincapié en que las restricciones a África pueden significar la “reducción leve de la propagación del Covid-19, pero suponen una pesada carga para las vidas y los medios de subsistencia”.
Mientras Europa, América, Asia y Oceanía avanzan en las campañas de vacunación de refuerzo, África mantiene como puede la distribución de las primeras dosis. Aunque en diciembre se cumple un año del inicio de las inoculaciones en el mundo, en el continente africano el número de inmunizados es de 10% y solo tres de cada 100 personas han logrado vacunarse con ambas dosis para estar cubiertos del virus.
De acuerdo a Worldometers, Sudáfrica es el país africano con más casos de Covid-19, con casi tres millones y 89 mil fallecidos. Tan solo un 28,3% de los sudafricanos -16,9 millones de personas- han sido vacunados con al menos una dosis, mientras que 23,8% -14,2 millones- tiene el esquema completo.
Según el diario El País, en marzo, el virólogo camerunés y director de los Centros de África para el Control y la Prevención de las Enfermedades, John Nkengasong, entregó un duro pronóstico, que hoy se transformó en realidad. “Europa está intentando vacunar al 80% de sus ciudadanos (va por el 70%). Estados Unidos quiere vacunar a toda su población (está en el 69%). Acabarán la vacunación, impondrán restricciones a los viajes y entonces África se convertirá en el continente del Covid-19”, vaticinó el experto.
La alarma ante un posible descontrol del virus aumenta por las altas probabilidades de nuevas variantes más contagiosas. La OMS advierte que la población africana, aunque es más joven que en otros continentes, tiene un alto porcentaje de asintomáticos, lo que sumado a los escasos métodos de rastreo y los bajos niveles de vacunación debido a un acaparamiento de los fármacos, permite que solo se detecte uno de cada siete casos. Hasta el momento, África solo cuenta con las vacunas donadas por la iniciativa Covax, Estados Unidos, UE, Reino Unido y China, pero solo han recibido una de cada cinco dosis prometidas desde el año pasado.
En este crítico escenario de bloqueo internacional, los ministros de Salud del G7 -Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos- liderarán una reunión de urgencia hoy para profundizar en el impacto de ómicron, y el Presidente estadounidense, Joe Biden, tendrá una sesión informativa después de que el principal asesor médico, el doctor Anthony Fauci, explicó que ante el alza de casos, el estancamiento de niveles de vacunación y la llegada de la nueva variante podrían estar ante una posible “quinta ola” en el país.